jueves, mayo 08, 2008

... y comieron perdices

¿Qué significa ahora este símbolo de la felicidad conyugal? -En mi niñez no abundaban las perdices. Si no había un cazador en la familia, la perdiz era un misterio culinario que se contraponía a comidas ordinarias -pongamos las lentejas- que no casaban con el final feliz. Además, el final feliz de la comedia era el comienzo de una felicidad eterna.
Como no conozco la populosa literatura al respecto, no puedo apenas sospecharlo y esperar el merecido desmentido de los autores de esos manuales que nos enseñan a auto-estimarnos, a triunfar y a ser felices. ¿Nos ofrecen una felicidad con perdices o una felicidad vacía y meramente intelectual? -Si no hay perdices, no quiero el cielo ni la tierra, de la que tan poco se despegan estos volátiles: dum felix eris, multas numerabis perdices.

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