miércoles, mayo 31, 2006

Isométrico anisócrono

Como un recitador tan fatigado o tan distraído, que sustituye un género de sorpresas por otro. La orquesta que no acaba de fijar el compás y los valses nos recuerdan algún torbellino entre choperas.
Como el ciclista que pedalea asimétrico, como un reloj contra un reloj, como si soñáramos todos los relojes.
(En un tiempo aperiódico que no se reconoce, que ya no es cíclico, que no tiene que ver con la palabra "otro" ni con la palabra "mismo".)
Ludwig Seyfert, Para acabar de una vez por todas con los pequeños retornos, Madrid, Jorro, 1929, trad. del or. alemán publicado en 1928.

martes, mayo 30, 2006

Nota sobre los "aunques" subjuntivos

1. Aunque llueva, se baña.
2. Aunque llueve, se baña.
De intentar la representación en lógica de enunciados, nos veríamos con:
1. 'no(p --> noq)'. No es el caso de que el hecho de que llueva haga que deje de bañarse
2. 'no (p -->noq) y p' (y posiblemente también q, de hecho.).
De ahí:
1. La condicional equivale a '(nop ó noq)', que negada nos daría '(p y q)', esto es, que llueve y se baña.
2 a lo dicho, le añadimos que 'p', con lo que no hay problema.
Pero observemos que "Aunque llueva, se baña", no nos está diciendo que esté lloviendo, con lo que nuestras transformaciones para 1 no recogen (y porque no pueden) tal cosa. En 2 constatamos que llueve y se baña, pero no así en 1: en ésta no constatamos que llueva y ni siquiera que se esté bañando in actu: se da una suerte de contaminación del indicativo de la oración principal. Pero nuestro problema principal, sigue siendo la representación de 1, que se demuestra inadecuada. El subjuntivo no exige que una contrastación se haya llevado a cabo ni que se vaya a llevar, es un modo de fe. De otra manera: La oración 2 presupone la ley expresada por '(p-->noq)', justamente para negarla, y refiere la lluvia. Sin embargo, 1 no refiere la lluvia ni su ausencia.
Quizá digamos cosas como, respectivamente, 'no(p-->noq) y (p ó nop)' y 'no(p-->noq) y p '. Dan ganas de tomar esto último como una inferencia y concluirla, pero lo interesante es que la representación precisa de una forma lógica acaba por ser la de la oración más la de alguna de sus presuposiciones, que a su vez...

lunes, mayo 29, 2006

"Aunques" y "peros"

La sintaxis de las oraciones compuestas está impregnada de probabilidades e intuiciones mucho más que de, sin ir más lejos, lógica de enunciados. Para ésta, peros y aunques son sólo yes, y-es.
Un "p, pero q" es un "p y q", pero acompañado de un usualmente adecuado "p-->noq".
Un "p, aunque q" suele ser un "p y q" acompañado de un esperado o comúnmente aceptado " q-->nop". O puede que al revés, que es lo que pasa con estos condicionales probabilisticoides, pedroramenses y sofisteriales.
En cualquier caso, el sofisma "p-->q y no p, luego noq" se acepta sobre un panorama de expectativas. O quizá porque '-->' es algo que se tiende a ver como un '<-->'.
Los relevantistas felices, pero no por novedosos. Pero cada cosa que decimos se levanta sobre tantísmos discursos, tanto conocimiento y, a veces, tan falso.
NOTA: obsérvese el 'y' de la regla de inferencia. Lo identificamos con el 'y' del enunciado compuesto. Todo es una oración, hasta las reglas de inferencia. Los enunciados incluso. Salvo, claro, si las oraciones pueden ser infinitamente largas, lo que ya observaron Postal y Langendoen no prohiben explícitamente las gramáticas.

domingo, mayo 28, 2006

Dilatadas voces

Existen las lenguas del verano. La declinación invasora que renueva los accidentes de nuestros adjetivos y la raíz más profunda de los nombres. Por su parte, los pronombres son muy distintos en el verano. Cuestión de latitud, aunque eso no lo explica todo. "Ellos" en julio y en agosto no sólo amplia su su denotación. Sobre todo, ha cambiado la distancia que guarda con respecto a un "nosotros" que también ha cambiado. ¿Y qué decir de "fresco" o de "frío" o de "calor" por si quieren más pruebas? En verano, la sintaxis tiende a la yuxtaposición y a una peculiar raza de supresiones. La elipsis se enseñorea por horas del lenguaje y de las lenguas. No daré detalles.
La bulla matutina de los pájaros, la heterogénea bulla vespertina (¡Cómo les gusta a los pájaros que su árbol sea El hotel de los líos!), es tan distinta en el verano como son diferentes los continentes, como lo eran cuando aún los hombres no habían agrupado las parciales tierras en la compacta África o en la compacta Asia.
Como la de los pájaros, nuestra fonética trabaja con un gas atento a los rayos del Sol. Sobre las láminas de agua se reflejan las voces como espejismos literarios. Llegamos a la piscina como folkloristas de nosotros mismos, nadaremos media piscina en un estilo mariposa con clara vocación semiótica: esto fuimos, frágiles como bañistas. Las cosas que sucedieron en el pasado, las voces de gentes ya tan lejanas sobre el fondo de las lejanas voces.

sábado, mayo 27, 2006

Beti erderaz

Desde una cuenta con una contraseña que es apellido levantino de G.D. pone en ignición su erdera, el suyo de cada siguiente día. Nuestra lengua es la que hablaremos mañana. Pero otra lengua, la palabra para cualquier otra lengua, presupone lengua y la unidad y, en otro momento, la genericidad (1) de todas las otras.
Pero ese espacio exterior y seguramente oscuro del erdera es donde vivimos. Mi lengua no es un recinto protegido y condenado a la idiotez. Se me hace ajena y, a veces, se me regresa sorprendentemente con la familiaridad del vocablo que bajó a por tabaco. Es una nube de insectos que acompaña mi trayectoria y es la nube de bastantes más, que cambia y se confunde con otras nubes, y hasta salta al hiperespacio from time to time.
Mi palabra es la urraca que ha ocupado la ciudad y hasta me regala con su azul secreto. La palabra me roba recuerdos que luego se me ofrecen de golpe en el nido abandonado de los años anteriores, de las fotos de mis padres, de todos quienes retaban a los acontecimientos que yo ahora pretendo conocer desde mi coign of vantage, que dice Lawrence. Esto es lo que se me dan las palabras. Un ardite. Francamente, querida.

Tomado de José Julián Soriano Alegre, Las palabras del atributo, AMG editores, Logroño, 2006.

(1) Destaco la unidad atributiva de todas las otras en este minuciosamente despreciable argumento; la genericidad es cosa de bibliotecarios. [N. de Soriano]

viernes, mayo 26, 2006

Hombre rana

Definitivamente arrumbadas, como los doblajes de El Virginiano o de Bonanza (aunque las misteriosas televisiones locales acuden en su auxilio), vuelvo a las palabras de mi infancia que un capricho neuronal acerca hoy a este foro que les habla. "Alguacil" exótico en lugar del familiar "sheriff". O al revés, "alguacil" fue desplazado por "sheriff" a media infancia, en pugna ambigua con "comisario".
Hoy está "hombre rana" como estrella del día, aventura zoológica y lexicográfica que no prosperó o que permanece hibernada esperando una nueva hegemonía en conversaciones, discursos y artículos de prensa: "25400 "hombre rana" en Google frente a los 293000 sugeridos "hombre araña". Más de doce hombres araña por cada hombre rana, y con toda la impedimenta que a éstos se les supone, tan inútil en tierra. Como es sabido, Kowalski era albañil y Kowalski era hombre rana. Que le hubieran dicho a Stanley qué útiles serían los submarinos en el Barrio Francés.

jueves, mayo 25, 2006

Autómatas y cómo hablamos

La gracia no estaba en ninguna gramática para algunos. Para otros, algunas gramáticas sí se distinguían por su relación privilegiada con el Reino de la Gracia.
Es cierto que ciertos lenguajes nos sugieren mayor limitación, nos huelen menos a eso que se llama creatividad, como si conserváramos el sentido del olfato. Pero un lenguaje tiene un alfabeto. Las letras no se parten, no se recombinan en nuevas letras.
Aparte de eso, planteado un problema, con ser capaces de que un problema se nos plantee, de ir construyendo una teoría, no es difícil que Dios se vaya convirtiendo en pura voluntad. La razón se estructura en esas teorías y algunos buscan la coexistencia de ciencia y religión: que una y otra no entren en sus recíprocos mundos ambientes. Que se ignoren. Pero claro, por el lado de la religión, eso sólo encaja con el Dios voluntad. Y si no se tiene eso, a lo que se va es al ateísmo, porque la razón de las ciencias y de la acción y el conocimiento humano va eliminando otros lugares que a la razón se le suponían. Pero lo más curioso es cuando la divina voluntad se revierte hacia el hombre y sus capacidades se pintan como voluntad sin mácula de mecanismo. Pseudoargumentos acerca de la libertad, que también apuntan a una totalización metafísica.

miércoles, mayo 24, 2006

Sintaxis. Reino de la Gracia

Reconozcamos que la autonomía de la sintaxis (de la semántica), tantas veces negada por los que otros dicen que son sus propugnadores se conecta con otras tesis en otros campos. Filogenética: perspectiva que cuando habla de casos únicos se contamina de teología. La sintaxis, concomitante de lo que nos hizo humanos, que nos hizo escapar de los destinos del protolenguaje, se admiran. Tan parecido al magic touch, así dicho. Dos índices en contacto.
Corolario: la sucia, plural semántica, la materia que rebasa el reino. La sintaxis entonces, un accidente.

martes, mayo 23, 2006

Nubes y campanas

Una nube pero de distinta intensidad según los lugares. A eso de las cinco. Más intensidad a las cinco y diez que a las cinco y media, a veces. Otras no.
Intensidad probabilística. Podemos calcular probabilidades para una franja.
Intensidad lógica. Podemos calcular posibilidades y se calculan de varias maneras. Como es sabido, todo depende de cierta clase de funciones.
Pero veamos que las posibilidades de dos franjas disjuntas no se suman. De cinco y cinco a cinco y cuarto no es dos veces posible si de cinco y cinco a cinco y diez y de cinco y diez a cinco y cuarto es posible. Ni siquiera tiene por qué ser más posible. Notemos además que realmente no hay aquí (en lo que hace al uso del lenguaje) una aplicación a un intervalo numérico. Ciertamente, en el caso de la probabilidad, tampoco cuando procedemos intuitivamente, pero la adición funciona y funciona ya intuitivamente. Otra cosa es que esa misma intuición funcione mal con las probabilidades de subconjuntos propios. Simplificando, por no hacer mudanza en la costumbre nuestra, está la hipótesis de confundir una probabilidad condicional mayor con una probabilidad absoluta. O una probabilidad de la causa dado el efecto con la contraria. O más verosímilmente, estar hablando de algo que no se multiplica ni se suma (1).
¿Nos hemos reservado situaciones con axiomas distintos? ¿Tienen las funciones tan diversas y su representación algún correlato cognitivo previo? Nuestras interpretaciones de los predicados difusos van por este camino, jalonan, flanquean esta sugerencia.
Otro asunto. Notemos que los predicados difusos tienen en ocasiones un valor dialéctico muy claro. Cuando aseveramos que algo es muy posible, lo solemos hacer en una réplica enfática:” No desprecies tal posibilidad”. Las probabilidades son objetivas (no utilizamos "objetivo" como opuesto a "subjetivo" en "probabilidad subjetiva"). Si tiene a efectos erísticos decir que algo de probabilidad 0,1 es muy probable, no lo tiene decir como énfasis que tiene una probabilidad de 0,2. Pero a lo que vamos es a lo de siempre. La sintaxis es la sintaxis. Los modelos semánticos van a su bola, posiblemente.


(1) Si el sujeto protagonista de la historia reúne los rasgos A y B nos parece más verosímil como protagonista que si sólo es A. Alguno podrá pensar que hay una extraña astucia del diccionario en la ambivalencia del término “verosimilitud”, pero no hay que llegar tan lejos. O quizá más lejos. Análisis bayesiano frente a análisis en que todo parece ir como no debe, sobre todo al que ha estudiado. ¿Estamos diciendo que lo más probable es aquí el intervalo de mayor probabilidad o estamos diciendo que dos intervalos disjuntos juntos añaden menos probabilidad o ambas cosas? Pero al final podemos llegar a situaciones en que no podamos aplicar la idea de función porque hablamos de totalidades que no son intervalos, dominios, en las que distinguimos puntos, algunos conjuntos de puntos y todas esas cosas. Ya estará por ahí alguno diciendo que cognitivamente funcionamos con intensidades de probabilidad y que eso es lo que intuitivamente comparamos. Es lo que tiene el ocio de las ciencias humanas. Dichosos tiempos aquéllos, menos promiscuos.

lunes, mayo 22, 2006

Lo difuso discreto

Algo cansado o algo aburrido. Elegimos entre dos nubes. O tenemos una colección finita pero numerosa de puntos que percibimos como una nube, una bandada de pájaros, que es una nube, pero no es una nube sino un número de pájaros que desconocemos, pero que sabemos número.
Pero también: más o menos preparado, más o menos exacto, más o menos inexacto, más o menos aproximado. Nos cuesta trabajo dar una interpretación a más o menos embarazada, pero todo se andará. Por un lado vamos cosiendo las palabras y por otro inventamos sus significados. Salvo, como decimos, en unos pocos casos embarazosos que esperan la mano de nieve. Lo discreto tan difuso. A veces, también, una nube de nubes.

domingo, mayo 21, 2006

Diálogo

A relata su diálogo con B. B relata su diálogo con A. "Diálogo" es voz aquí con una profunda carga emic: A y B dicen que dialogan o han dialogado. Un tercero podrá utilizar otros términos para describir la conducta verbal de A y B porque quizá piense que la palabra "diálogo" ha de reservarse o, con mayor razón, evitarse.
El problema es que las descripciones emic de A y B no tienen por qué coincidir, ya sea su rendición de los hechos muy sesgada o simplemente interesada. Tenemos, en cualquier caso, que la coincidencia emic no implica iguales interpretaciones porque cada uno tiene sus intereses y todos saben que del diálogo se deduce sólo un contrato que ha de ser interpretado. Para algunos, el asunto se podía tratar mejor diciendo que las partes no comparten sus perspectivas emic, como si cualquier disenso hubiera de categorizarse de tal manera. Bueno. Lo que vemos, más bien, es que el conflicto hace estallar la oposición emic / etic. Por decirlo still in Pike's way, lo que importa es que lo emic de uno sea más fuerte que lo emic del otro, o sea que uno sea, etic o no etic, más fuerte.

sábado, mayo 20, 2006

Los predicamentos suicidas

Paquito el chocolatero es un pasodoble, pero no se baila en pareja agarrado, sino en grupo, en una línea de baile, como si dijéramos”.
“La pizza calzone es una pizza, pero doblada, como envuelta, como cerrada con las cosas por dentro”.
La diferencia específica que ataca en la línea de flotación, la aparente línea de flotación, del género. El género regente hasta ese momento que colapsa, o que crece y se redibuja.
Atributos que no admiten la conjunción y, que se plantan con el pero, que todo lo puede, el pero que es una poda para crecer más fuerte. Donde habita el pero, allí se nutre la esperanza, pero no siempre.

viernes, mayo 19, 2006

Aspecto y pinta

Postulemos junto al aspecto verbal la pinta del sintagma verbal y de otros sintagmas, y no sólo para las conversaciones en el pub. Como primera aproximación, consideremos el diminutivo en -illo del gerundio: como aquella pareja sorprendida en el fragor (como comentaba, entre otros, el gran Leocadio Martín Mingorance) que respondía al municipal que les inquiría acerca de su evidente actividad: "aquí estamos, jodiendillo", que es respuesta menos violenta e incomparablemente más apaciguadora.
Otro renque a recorrer es el del bien conocido y nunca bien ponderado dativo recreativo: "Págate unas copas"; otro más es el de las expresiones malsonantes y sus recorridos.
La pinta nos avisa de que la interpretación componencial no es la más recomendable y hemos de movernos hacia la expresión idiomática y sus antojos. La pinta nos avisa. Una campanilla nos avisa.

jueves, mayo 18, 2006

Epifanía aspectual

(No dejen de enviar su parecer acerca de esta modesta proposición)

No deja de dejar de parecernos reprensible

Comenzando por la derecha:
Dejar de + frase verbal. Dejar de aporta a la frase verbal en cuestión un aspecto durativo o repetitivo, que desaparece, por cierto, de creer lo que se dice. El aspecto de la expresión en su conjunto resulta relativamente bien delimitado en el tiempo, aunque puede recibir también un aspecto durativo: "Está dejando de fumar". En cualquier caso establece una frontera entre dos estados discretos.
Si la frase verbal es dejar de + otra frase verbal, ésta en conjunto deberá denotar un estado o una actividad extendida en el tiempo, continuous o continually que dicen las gramáticas del inglés. Sucede, pues, que dejar de comunica un cierto aspecto a la siguiente frase verbal, y en el caso de la reiteración existe una colisión. En cuanto a la negación, ésta seguramente no cambiaría el aspecto de lo que sigue, pero se quedaría donde está; en modo alguno, podría descender para negar una de las frase verbales incrustadas.
Comenzando ahora por la izquierda: Dejar de denota cambio de estado o actividad prolongada en el tiempo. No dejar de, persistencia. No dejar de dejar de, la persistencia de un cambio. Ahora bien, la persistencia de un cambio ha de modelizarse en plan maoísta, en plan distributivo (que aquí no se aplica), no en plan felipista (que era más bien recursivo: “el cambio del cambio”), o en plan oscilante. Lo cual se ve muy bien con lo dejar de fumar. Mark Twain, como es sabido, se pasó la vida dejando de fumar y, por tanto, no dejaba de fumar; pero reiterar el abandono del hábito o vicio suponía recaer en él: por consiguiente (citamos a una de las autoridades mencionadas), aunque esto tal vez no sea exacto, fumaba a temporadas. No deja de fluir el río de Heráclito, autor muy repetido.
En cuanto a la reprensión, observemos que si algo deja de parecer reprensible, pero tiene la facultad de no dejar de dejarlo es porque lo sigue dejando, para lo cual ha de moverse en un no man’s land de la reprensibilidad.
El vetusto periodista alado, seguramente y contra lo que llevamos dicho, obró más bien una suerte de reduplicación enfática, como la de "la batalla de todas las batallas" y todas esas cosas, y elevó el adverbio no a lo más alto de la estructura sintáctica, pero su lector practicaba un parsing muy mecánico, como nosotros, que ya dijimos que nos negamos en redondo a bajarlo.
Con lo que nos encontramos con lo dicho: o un estado oscilante o un estado entrelazado. En el caso de los fumadores, el famoso estado “trying to quit”.
¿Duermes, Paca?

miércoles, mayo 17, 2006

Profanada prosa

Las suaves rachas y sus sorpresas. Los ritmos de una cosa y de la otra. El arte de la versificación es el de la repetición entre sutil y mecánica. El arte de la prosa busca que ni las repeticiones aparentes lo sean. Lo cual se suele conseguir por el expediente de que las inevitables repeticiones, y las deseadas, lo sean cada vez sobre un soporte distinto.
A cada tipo de verso lo define un rasgo lingüístico que puede repetirse con mayor o menor regularidad y fortuna. A la continua prosa le conviene el cambio de montura, un travestismo gramatical que no respete el programa de mano.
Tampoco descartan los tratadistas que los esquemas de la prosa sean tan rigurosos como para esconder sus rigores. Versos emboscados, un crucigrama que es, de pronto, el damero maldito. Como decía el prosista: "Ya suena la prosa, sus graves períodos, claros, sonoros. Las comas disputan el paso triunfante de mil caracteres. No tengo mejores ejemplos que discos rayados de autores pasados." O como recitaba el bertsolari:

Esto será un octosílabo
o no será apenas nada,
tan marsupial como un wallaby.

martes, mayo 16, 2006

Correlativos 1

Le da por estudiar las rachas de ciertas palabras en los textos. La determinación del contenido y la determinación estilística. Aventura vagas hipótesis. Se sorprende o hace que se sorprende ante resultados, no ya insignificantes sino que definen la insignificancia misma. Descubre pautas que el gran angular desmiente. O, mejor, se va encontrando con todas las pautas imaginables. Acaba por jugar al juego de esperar a la siguiente pauta. Pasa de una teoría a otra. Estima que puede estimar todas las pautas posibles y sospecha que éstas no han acabado. Las pasa a papel pautado. Las pautas no son especies de un género o números de una revista. Vuelve al principio. Todo es cuestión de saber de qué está hecho el tiempo. Hay días de rachas dactílicas, pero a veces más bien llueve.

lunes, mayo 15, 2006

Forma y sentido en algunas expresiones bimembres

Hay que distinguir entre descripción de las estructuras objeto de estudio y el utilizar esa descripción para dar reglas que permitan diseñar nuevos ejemplos de tales estructuras. Hay que distinguir entre la comida y el comer. Hay que distinguir entre comida y comer. Distinguimos entre comida y beber.
Recomendemos alguna apoyatura por mínima que sea: Hay que distinguir entre descripción y utilización. Coincidencia en la forma o en el sentido, como con las cosas de comer. Apoyaturas necesarias para sajar por donde se debe. Algo que tiene que ver con el procesamiento, que se llama.

domingo, mayo 14, 2006

Piramide verbal

Confiar el significado o la corrección de lo que se va enunciando a los vocablos que seguirán, cada vez más perentorios y más perentoriamente numerosos. Pero también el activo y el pasivo de una oración gramatical: En el activo su cristal sintáctico, su forma lógica, el mero diccionario; en el pasivo, su significado, sus presuposiciones, sus implicaturas. O sus malentendidos y sus quiebras. Pronunciar activos o, en su caso, activos financieros (tal vez los pronombres indefinidos, algún cuantificador volátil, una entonación fractal). Comisión académica del mercado de los verbos.

Diálogo de Noam Chomsky y John McCarthy ante una bifurcación del camino

- A un lado, el callejón sin salida del contenido; al otro la futura promesa. El viaje es el tesoro, al menos cuando uno ha comprendido qué significan las butacas.
- ¿Y si esto no fuera una bifurcación, sino la convergencia de dos caminos? ¿No vendremos acaso del lado equivocado?
- Es muy posible, pero sólo el todo justifica el camino y ese todo sería entonces el lugar del que partimos.
- Pero ya no recuerdo dónde estábamos. Por cierto, ¿no recordáis bifurcaciones como ésta por las que ya hemos pasado? ¿Cómo decidimos entonces?
- Pues no lo tengo claro, pero si os parece volvamos atrás y comencemos otra vez.
- Pero que haremos en las bifurcaciones.
- ¿No las dejamos etiquetadas?
- Me temo que no, aunque yo podría hacerlo si empezasemos desde el final o desde el principio.
- Pero estamos in medias res, que se dice.
- No veo las bifurcaciones adecuadas en lo que decís.
- ¿Os referís acaso a las desinencias casuales? Es algo bastante casual.
- En fin, vayamos cada uno por un lado, al menos en la primera bifurcación.
(Y no se excluye que se reecontrarán a izquierda, derecha o centro)

sábado, mayo 13, 2006

Proposiciones nada insulares

El significado de una conclusión es su fundamentación. O todas las proposiciones con que se relaciona lógica y hasta contextualmente, si somos poco ahorrativos. Que un hablante y otro profieran (vamos a hablar como hablan los traductores de los filósofos analíticos, al menos hasta el siguiente punto y seguido) el mismo aserto no garantiza nada. Las intenciones de uno y otro pueden ser muy diferentes, como saben incluso los bonobos.
De hecho, si dos referencias cabían para una proposición cabe Frege, eso debía de ser al precio de simplificar, de cortar las conexiones de esa proposición con muchas otras. Dos sentidos para una expresión con la misma referencia (pongamos que la referencia verdad en lugar de la referencia falso) como ejemplo didáctico habitual. ¿Pero no habría de considerarse cada proposición desde todos los subconjuntos relevantes de proposiciones en que se pudiera incluir? La referencia lo sería de esos subconjuntos. Pero vaya uno a saber. Hoy nos hemos levantado muy generalizadores.

viernes, mayo 12, 2006

Sintaxis costosas

Encadenamos eslabón a eslabón, pero adivinando la perspectiva que no tenemos desde el interior del túnel. Porque el tiempo es un túnel. La facultad del lenguaje y su visión aérea. Tout se tient. O no. Creamos un agente ideal que funciona, pero que no se mancha las manos. Su ciencia de visión que todo lo alcanza. O la forma que recae, ya sea por casualidad en la materia. Un agente sensacional, la forma. Neuronas aplanadas como las cabrillas del tomillo. Cerebros en el aire, colapsados. El diablillo de Maxwell, un aprendiz. El genoma de espíritus puros, únicos en su especie y hasta en su género. Miles de lingüistas que se levantan de la cama y se descubren averroístas.

jueves, mayo 11, 2006

La sintaxis y su complejidad intermedia

La humana vocación y la humana necesidad de atender sólo a lo medianamente complejo. Su tentación ontológica. La simplicidad absoluta es el vacío. La excesiva complejidad es caos y puede que simplicidad extrema si considerada a la escala adecuada.
Así la sintaxis, el grado justo de dificultad, pequeñas reglas para aparatosos resultados, algunos dirán no más complejos que aquellas reglas. Pero ésta es una sinécdoque viciosa.
Luego viene confundir la regla con una representación particular. Sólo una cosa no hay. Es la metáfora.

miércoles, mayo 10, 2006

Con la paciencia de un trabajo bíblico

Lo que sabemos y decimos con palabras no lo decimos ni trabajosamente ni leprosos. Ante el mapa atroz de las palabras, tenemos siempre la respuesta: el lenguaje y nosotros somos otra cosa. Centuriaciones en el mapa de las palabras. Junto a los incognoscibles errores que el lenguaje nos procura, tenemos los simples errores de quien utiliza el plano de la urbanización que no debe. Alguien comenta que el lenguaje no sirve para conocer el mundo. Nada menos. Eso lo sabe porque el lenguaje es lo que dice ese alguien que es más otra cosa. La maraña de las palabras y las regiones ordenadas, aunque no siempre escogemos la hoja cartográfica adecuada.

martes, mayo 09, 2006

Títulos conjuntivos

La conjunción “y” y sus infinitos sentidos. Nos centramos en los títulos de unos pocos libros. La hipótesis es que el significado no marcado es aquél en que la conjunción indica más que mera yuxtaposición. Un libro de Elizabeth Castro que veo por casualidad: Perl y CGI. Claro, no Perl y monopatín. Pero incluso ante el recordado libro de Pirsig Zen and the Art of Motorcycle Maintenance no podemos quedarnos en el mero adosado sin interpenetración de ambos términos.
Tal cosa sucede por ejemplo en el libro de Fabb Linguistics and Literature, que explora las relaciones entre ambos territorios, por decirlo según una de las jergas del día. O con el libro de Uriagereka, tanto en inglés como en español, Rhyme and Reason y Pies y cabeza (que, dicho sea de paso, nos evoca otras conjunciones y una conocida expresión (1)).
La conjunción vacía entre elementos atómicos la admitimos cuando sea claro que nos las tenemos ante una enumeración o cuando nos dedicamos a la lógica formal, dos situaciones que no siempre se dan, aunque muchas veces sí en conjunción.

(1) Compárese, a propósito, lo que sucede con las negaciones “ni… ni..”. No hay interpenetración, lo que significa que se excluye la intersección de las dos referencias, y es indiferente que sea ésta vacía o no. Ya denote “y” unión o intersección, identificación o inclusión, sigue siendo conjunción mucho más constructiva, nos pone delante de la estructura de la referencia. "No" y "ni" la abstraen.

lunes, mayo 08, 2006

De cómo titular las colecciones

Nombrar agregados por metonimia y por metáfora. En realidad los acabamos nombrando por casualidad, acéptese el zeugma.
Tenemos los agregados de nombres genéricos analíticos, compositivos: Unión temporal de empresas. Cuando se titulan recopilaciones de escritos no siempre se opta por expediente tan mecánico. En ocasiones se nombra el todo por la parte y a una coda se deja la mención de lo que, se supone, es eiusdem generis.
Pero en algunas ocasiones tenemos algo así como una metáfora o un título dígase que imaginativo.
Nos tememos que en este campo de la edición es fácil reducir metáforas a metonimias. Sin contar con que en ocasiones el título viene antes y los escritos se escriben después. Reflexivamente este blog. ¿Determina el título al lector o determina al autor, o a los términos objetivos de la serie nombrada? Pues no olvidemos que monodimensionalmente se desarrollan libros, blogs y rollos de cinta aislante. Un pasillo, rara vez un campo.

domingo, mayo 07, 2006

Mundo adjetivo

Un mundo sin pronombres, de propiedades intangibles. De intangibles verdaderamente intangibles. Extensionalidades que se intersectan. Pero la extensionalidad ya agrega una operación deíctica. Pero la perspectiva intensional también y tan efectivamente lo hace. La verdadera filosofía es la del Dr. Johnson. Un puntapié bien dado a una piedra. En el camino o en la calle. ¿Sabes Boswell?
NOTA: El mundo adjetivo de Mauthner es otra cosa. Pero supongamos que coger con la mano, ya sea una rosa o una llave inglesa, es también adjetivo, mera ilusión, la intersección del adjetivo yo con otros adjetivos. Qué alegría más grande la de los adjetivos convertidos en reyes del mambo. Las ranas en el pozo, también adjetivas.
Esto probablemente tiene una derivación gnóstica, como nubosa, de sustancias diferidas a lo Harold Bloom, al menos antes de que Harold Cabeza de Estopa encontrase a Cataluña. Si George Steiner y yo hubiéramos sabido que las presencias reales eran esto...

sábado, mayo 06, 2006

De la naturaleza patente del fonema

Desarrolló un cierto instinto, nada despreciable, nada amateur, para identificar de lejos a los fonólogos y fonetistas heterodoxos.
Más tarde, años más tarde, no podía evitar agrupar a los teóricos del lenguaje que durante un tiempo había (él y otros) tildado de ácratas junto con aquellos fonetistas, los que, por ejemplo, preferían ver un continuo en todos los ejes del espacio lingüístico. Sus dos héroes en este apartado eran Roy Harris y Agustín García Calvo, unos héroes cuyas efigies recortadas aplicaba a la diana de los dardos para así dar mordiente a su desmedrada voluntad asaetadora.
El continuo de Roy Harris es como aquel continuo heterogéneo que de continuo y heterogéneo y democrático desordenaba todas las ciencias del lenguaje. García Calvo advierte el horror humano del continuo y nuestra estrategia segmentadora. Su continuo es un continuo empeñado en hacer converger toda su obra lingüística en uno o dos principios que también el tiempo borrará. O sea que de ácratas nada.
Pero el discreto binarismo en el que crecimos no nos deja ser continuistas. El continuo se contrasta con cardinalidades de palotes. Está lo que no es continuo. Pensar en el continuo se hace oponiéndolo a lo no continuo. Así también se construye. Desventajas del continuo, su irremediable unicidad. Ya lo decía Mauthner: el continuo nos traiciona, ¿o era el lenguaje?

viernes, mayo 05, 2006

Por nombrar clases combinatorias

Las notas se dan disyuntivamente. Las suponemos agrupadas de manera que la disyunción es interna a cada grupo. No todos los grupos, no todas las notas han de aplicarse a un sujeto.
Pongamos n grupos. Para cada grupo i tenemos alfasubi notas (Alfasubí no era un astrónomo). Tendremos sujetos a los que se aplicarán n notas; otros a los que se aplicarán (n-1) notas, etc. Calcule el lector todo lo que tenemos o podemos tener. Por ejemplo, con n notas, podremos distinguir el producto de todos los alfasubi sujetos. Para (n-1), la suma de todos los productos dados por las combinaciones de n sobre (n-1). Y así.
Imagine el lector los poblados universos de los diccionarios especializados si así fueran las cosas. A este paso, a uno le dan ganas de darles la razón a Langendoen y Postal en su tesis de la no enumerabilidad de los lenguajes naturales, por más que Man gave names to all the animals, tronos, potencias, dominaciones.
NOTA: Compare el lector este expediente con la agrupación libre de nodos en un árbol de Porfirio. Animales que de lejos parecen como libros de zoología fantástica.

jueves, mayo 04, 2006

Terminología para árboles de Porfirio

1. Todos los nudos con una etiqueta, salvo los de los niveles más ramificados. Aquí usar términos con dos o tres palabras, de manera que se preserven las denominaciones de los nudos inmediatamente dominantes.
2. Nombrar al primer nudo resultante de una bifurcación. Darle el mismo nombre al otro con una marca añadida, siempre la misma.
3. Habrá otras maneras. ¿Qué árbol estamos injertando?
4. Que los nombres sean descriptivos, composicionales, pero que de lejos parezcan como pronombres.
5. La sinécdoque, que a veces llamamos metonimia. ¿O era al contrario?
6. Nos andamos por las ramas.
7. Ramas y etiquetas caídas al suelo. Estepa. Sabana.

Conclusión: En arboles binarios, cada nivel representa un rasgo binario, pero diferente en cada ramificación. Para n niveles puede haber un máximo de 2^(n-1)-1 rasgos, de masiados rasgos para lo que es habitual en un campo léxico. La superabundancia de rasgos se redime con nudos múltiplemente ramificados, pero entonces al menos en los niveles más bajos algún componente de los términos codifica directamente una información que no pasa por el filtro de los rasgos semánticos.

(Tomado de A. B. Cross, Climbing Down Trees. Essays in Lexical Decomposition, Cape Town, 1999.)

miércoles, mayo 03, 2006

Semos o no semos

Diario La Rioja; portada de tal día como hoy:

La Rioja lidera la tasa nacional de fallecimientos relacionados con el consumo de alcohol
De no ser así, podríamos decir lo de aquel feligrés:
-No se preocupe, padre, vamos a tomar una copa y el próximo año los primeros.
Pero La Rioja supera a La Rioja: redimidos en el prodigioso liderazgo que se nos adjudica, posiblemente líderes en bien traídos malapropismos, que en ser bien traídos descansa siempre su furiosa memoria.

Confesión

El final de la liga invita a los correspondientes ejercicios de cálculo de probabilidades y a los no menos pertinentes de lógica de enunciados. Por lo que se refiere a los segundos, un tercer ejercicio es el de comparar las formulaciones precisas con las rendiciones periodísticas. Si éstas son redundantes, la redundancia procede de la búsqueda de la relevancia, de la facilidad de procesamiento, dentro de una cierta economía. Supongamos que somos buenos para equilibrar gasto y redundancia. Siendo correctos, claro.
Si lo somos, esa capacidad nuestra podría ir en detrimento de la de obtener estimaciones intuitivas de las probabilidades. Lo que sucedería si asignamos probabilidades iguales a cada elemento disyuntivo de la prótasis del condicional que nos solemos plantear, de forma más o menos espontánea. Olvidémonos de los empates y asignemos un cincuenta por ciento de probabilidad de triunfo a cada equipo. Pero si de dos partidos contemplamos sólo tres de las cuatro combinaciones posibles (partidos independientes, eliminamos los empates por simplificar, que comienzan a la misma hora,…, jé), las tres que conducen a cierto resultado, en lo que se refiere a nuestra imaginada asignación equiprobabilística, estaremos tentados de asignar un tercio de probabilidad a cada caso en lugar de un cuarto.
No nos interesa aquí el error. Seguramente no llegará a cometerse. No pretendemos que el sujeto considere la prótasis una representación del suceso seguro. La hipótesis cognitiva que se nos antoja es que nos olvidamos de ciertos casos porque no aparecen en el primer término del condicional. De otra manera, puede que no del todo equivalente, la prótasis explícita oscurece el conjunto complementario de sucesos. Insistimos, el error procedería de tratar cuestiones probabilísticas -no formal, no académicamente, sino en el terreno de la intuición no adiestrada- sobre el correlato intuitivo de la lógica de enunciados.
Situaciones bayesianas que ya hemos comentado y que se facilitarían al asimilar el condicional con la representación de los esquemas de causa y efecto. Hacía bien el nen en limitarse a functores más simples, y que gane fuera el Betis y el Barça en casa. Vale que.

martes, mayo 02, 2006

Biyección. Campos

El ideal terminológico de los campos de cosas es el de un término para cada cosa y una cosa para cada término. Tal postulado imagina ese campo como una superficie rociada por representantes más bien simples y desconectados de los objetos relevantes. Pero un campo ha de ser una totalidad y éstas lo son de muchas maneras. El cuerpo humano es un ejemplo muy conocido y con el que solemos tener contacto. En el léxico, cuerpo lo es todo y sólo el tronco o una parte de éste. Es comprensible que, desde el punto de vista terminológico esta situación no agrade, como fruto que es de la distinción binaria entre término marcado y término no marcado. No hay inconveniente, en cambio, en hablar por ejemplo de “cuerpo calloso”. Las líneas de desmembramiento entre los dos cuerpos del léxico no son de la finura que requiere la definición de este último.
Pero esto indica que la terminología ha de vigilar la biyección entre término y parte para un todo dado y bien concreto (construido según unas líneas concretas) y ha también de ser prudente con totalidades adyacentes, pero puede despreocuparse de lo que ocurre más allá. Aviados iríamos.
Conclusión de Pero Grullo: La terminología es disciplina que parte de las totalidades efectivas con que los especialistas tratan. Corolario más oculto: Las totalidades nos depararán sorpresas. Y más las totalidades inefectivas o ideológicas. Como adelanto, piense el lector en el término psicolingüística. Agregue otros como sociolingüística, antropología lingüística, estilística, etc. ¿Nombran a las partes de algún todo?¿Se lo preguntamos a un bibliotecario o a un filósofo?

lunes, mayo 01, 2006

Infancia

Las variedades de español que conocía –concedamos que la mayoría de ellas, o que una mayoría de ellas– coincidían en la reduplicación del artículo determinado en expresiones como “la mayoría de los ciudadanos”, “la mitad de los habitantes” o “la mayor parte de la comida”. Fijémonos en esta última: Difería de “la mayor parte de comida”, semántica y distribucionalmente. Pero el mismo contraste se percibe con las realidades contables. Sin pretender agotar la casuística, citemos “Queda un resto de grasa en el fondo de la olla” frente a “Queda un resto de la grasa en el fondo de lo olla”. O en función de sujeto: “El resto de grasa que queda en el fondo de la olla es comestible” frente a “El resto de la grasa (…) es comestible”. Básicamente, el artículo lejano no ayudaba a identificar la grasa del último caso como una grasa ya conocida y delimitada.
Tomando la parte por el todo, yo sentimentalmente tiendo a echarle la culpa a Tele Cinco. Bien es cierto que parece que la marea indefinidora se ha ido retirado en los ultimísimos tiempos. Quizá sea cosa de los manuales de estilo. O quizá digan éstos lo contrario. Es posible también que haya desarrollado tolerancia. En este país estamos una mayoría de tolerantes aguantando a la exigua minoría de los intolerantes, con artículo porque para el pensamiento correcto siempre han de ser los mismos, perseverantes, un tanto como yo.