martes, julio 28, 2009

Más sobre islas (para una teoría de las teorías veraniegas)

Las verdades aisladas han de ser apariencia, sospechamos, pero son también un contramodelo o una imposibilidad que nos habla de cómo realmente se desenvuelven las verdades ciudadanas y bien relacionadas con sus pares.
Fourier, en el escrito que comentamos*, parece adjudicar a la génesis un corte radical entre la verdad incipiente y su "contexto de descubrimiento", por decirlo con la expresión famosa. Y en atendible simetría, una selva continua, aunque con sus dosis de heterogeneidad, a la estructura. De una u otra manera, puestas asi las cosas o justo al contrario, Fourier cree que la verdad y sus avatares (teoremas, corolarios, dataciones indiscutibles) son una realidad, están ahí y actúan por medio de sus agentes más o menos secretos, pero una realidad diferente de todas las demás. Es posible que si somos agentes de la verdad (ya seamos agentes no demasiado leales) nos convirtamos en entes radicalmente diferentes a esta piedra, esta silla, las gafas de sol, que yo pensaba, la verdad, que también eran verdad.

Jean Claude Baignoire, Être sans fenêtres, Aulnay-sous-Bois, Aliso, 1987.

* NOTA: Baignoire se refiere al texto de Fourier que recogíamos ayer. Sorprende que lo hiciera tantos años antes de la publicación de 2008 que se presenta como la primera. No hemos hallado todavía una edición anterior o una obra de características similares publicada por Fourier antes de 1983.

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