En el dialecto que supuestamente comparto con algunos de mis más prójimos no es lo mismo hacerse la idea de algo que hacerse a la idea de algo.
Hacerse la idea de que algo es tal u otra manera es casi como aceptar una hipotesis y, si se me permite la hipérbole, una hipótesis que tiene más que ver con la totalidad del universo mundo y parte del extranjero que con una región a medias cartografiada de la realidad.
Hacerse a la idea de que algo es tal u otra manera conlleva un contratiempo y un brazo torcido más que un convencimiento. Dicho en términos propios de la metodología, se trata de una hipótesis que nos vemos obligados a aceptar delante de un tribunal más terrible y temible que menos.
Tomado de Luisa Blanch, Vaguedades gramaticales, Santiago de Compostela, Viagra Libros, 2008.
Hacerse la idea de que algo es tal u otra manera es casi como aceptar una hipotesis y, si se me permite la hipérbole, una hipótesis que tiene más que ver con la totalidad del universo mundo y parte del extranjero que con una región a medias cartografiada de la realidad.
Hacerse a la idea de que algo es tal u otra manera conlleva un contratiempo y un brazo torcido más que un convencimiento. Dicho en términos propios de la metodología, se trata de una hipótesis que nos vemos obligados a aceptar delante de un tribunal más terrible y temible que menos.
Tomado de Luisa Blanch, Vaguedades gramaticales, Santiago de Compostela, Viagra Libros, 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario