viernes, junio 13, 2008

Ontológicas

Los objetos se escapan de sus clases y las vacías intersecciones de las clases disjuntas se empiezan a poblar de monstruitos y otros relojes líquidos. Una máquina se dedica a razonar y establecer conclusiones, pero se entretiene ahora en decidir que sus cálculos están determinados a un fracaso inevitable. Ni soy de aquí, ni soy de allá canturrean los objetos, primero unos pocos y más tarde todos, y se convierten así en elementos de la clase de los objetos que canturrean ni soy de aquí ni soy de allá, pero éste es otro platónico universo del discurso.

No hay comentarios: