La proposición sin verbo y el verbo sin verbo; acaso otras especialidades sintácticamente más compactas. Una lengua donde la morfología acabe con la sintaxis, donde la morfología pierda sus límites, los rebase para nunca volver, donde se desaglutine o recaiga en inverosímiles combinatorias que, de paso, absorban o fagociten la zona de sombra entre los dos reinos.
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