Clasificación de los silencios. Los que tras las palabras corroboran o los que refutan. Los que hurtan el fundamento de las palabras que vendrán después. Los que las llaman. O silencios de la torpeza. O el arma del silencio que hace a los hombres temibles, hasta que se oye su cerebro de dieciséis revoluciones por minuto y su petardeo vergonzante.
O silencios que vinieran a sustituir a todas las palabras. O a todos los demás silencios, que son culpables de haber querido fungir de palabras sabias, de discursos floridos. A los redundantes silencios.
O silencios que vinieran a sustituir a todas las palabras. O a todos los demás silencios, que son culpables de haber querido fungir de palabras sabias, de discursos floridos. A los redundantes silencios.
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