Con t invertido, como quedó dicho. Los saludos y sus satélites ("¡Cuánto tiempo sin verte!", "¡Qué alegría!", "¡Dichosos los ojos!") son, a veces, ubicables en las despedidas, pero en cualquier caso abren paso a alejamientos que puden implicar, precisamente, mucho tiempo sin verse (Que la luz vuelva a las bombillas es algo que habrá que considerar como se considera la comunicación nerviosa. Mejor dejarlo). Pero los amigos se podrán contar lo que hicieron y van a hacer. Habrán olvidado ya su breve encuentro que queda en su pasado futuro. Esperarán tal vez tener un día memoria imposible de cómo comenzó, en ese futuro, su amistad.
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