Este catálogo de causas y causas, que nuestro bien amigo nos relata convencido, con sus subrayados patéticos y si mirados al trasluz cómicos, nos explíca el espectáculo fenomenal que todos aplauden arquitrabados por su recepción tan celebrada en los manuales de historia del arte. En clara consecuencia, aplaudimos los subrayados de aquel catálogo (= artista homosexual, niñez infeliz, ser ciclista,...), a los que la teoría tan cabal que fundamenta el diagnóstico nos ha enseñado a saborear como inigualables aerolitos de lo bello, lo sublime y lo mastermind. Al menos, a saborearlos como el espectáculo fenomenal que cuelga en la pared, o como las anchoas con pimientos, a veces al óleo, a veces acrílicas.
El Kaiku, Aesthetica, Logroño, Editorial Acequia, 2009.
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