lunes, agosto 03, 2009

Empate (para una teoría de las teorías veraniegas)

A domina a B en algunos juegos y B a A en otros. Eligen sus juegos al azar y no hay ventaja para unos juegos ni para los otros. Sin embargo, de vez en cuando se produce el aprendizaje de un juego por parte de A ó B. El resultado obvio es que ya no se trata de un juego para ninguno de los dos. Uno sabe por qué le ganaba siempre el otro y éste ya no puede jugar con aquél.
Ante la expectativa de quedarse sin entretenimiento, A y B apuestan a cuál será el próximo juego que pierda su condición. Se ponen sobre la mesa sus respectivas inteligencias, en un juego simétrico.
Por un lado, un juego como el recién descrito llevaría, en justicia, a devolver todos los pagos habidos. ¿O tal vez no?
Por otro, es posible que haya trampa y que los aprendizajes de uno de ellos sean forzados por el otro y que las ignorancias de éste sean simuladas. El conjunto sería un juego –o un no juego- del tipo descrito al principio. Es posible también que los dos estén convencidos de que controlan el aprendizaje del otro y de que es éste un no juego de los que a ellos les gustan.

Tomado de Martin Van Venn, A Theory of Maims, Amsterdam, Nude, 2009.

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