miércoles, marzo 29, 2006

Término y métrica

Vamos a medir los términos. Podemos medirlos en número de palabras y, al menos ordenarlos, según la relación de inclusión de sus referencias. Hay menos motores de explosión que motores. Motor de explosión es más largo que motor.
La longitud nos suele parecer proporcional a la restricción semántica de la referencia. La monotonicidad parece reinar en su aseado imperio pseudoplatónico. Cuanto más corto es un pseudoteorema más fáciles son de hallar los contraejemplos.
Además, esta situación recuerda mucho a una clasificación porfiriana: más intensión, menor extensión. Pero esto no se da siempre, y no se da desde luego con las palabras mondas y lirondas. Y no sólo porque un término puede denotar a un conjunto y a un subconjunto propio: Hombre y hombre y mujer. Algo parecido sucede cuando no tenemos un conjunto (night and day are two but one).
Como estamos de no hacer mucho gasto, nos limitamos hoy a recordar dos caracteres con los que podemos establecer alguna homología:
1. No ordenamos bien las propiedades de los sujetos por lo que hace a las consecuencias extensionales de este orden. Mejor dicho, sustituimos probabilidades condicionales por implicaciones y coimplicaciones. Con todas las complicaciones que son de aplicación o de esperar. Somos animales menos bayesianos que los platelmintos, pero esto es otra historia.
2. Cuando pensamos en un proceso o historia, esto es, expuestos a una narración sin protección para las radiaciones consiguientes, un prototipo puede venir adornado de una miríada de rasgos o caracteres, lo que le hace extensionalmente poco representativo, pero nos sigue pareciendo verosímil candidato al suceso de la periferia, digo de la peripecia. Malditos cognitivistas. Pero esto es así. De qué, si no, la literatura. Uale.
CODA: la analogía nos causa despropósitos extensionales. Un motor de búsquedas es un motor por analogía de proporcionalidad propia, pero qué sentido tiene el conteo extensional de análogo y analogado.

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