El interés de un documento son las palabras interesantes agrupadas. Detectar esas agrupaciones es tarea que se mueve entre lo baladí y lo extrañamente sutil. La facultad del lenguaje sirve al propósito de pescar esas agrupaciones como vagonetas del sentido o de la relevancia (temática), pero el sentido nos hace perder de vista las configuraciones de las palabras: al pescarlas se nos han escapado. Debe de ser que el significante está hecho para la máquina y la máquina se disuelve en una fantasmagoría de paralogismo.
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