Apuntábamos que el muy relativiza lo que viene después, lo relativiza en el sentido tal vez peculiar que el DRAE recoge: "Introducir en la consideración de un asunto aspectos que atenúan su importancia". La atenúan aquí desabsolutizándo al adjetivo, que debe de ser gerundio. Lo que introduce es la sospecha de que lo que viene detrás no es todo lo general que debiera o, más bien, que lo general admite grados.
Si se dice "general, muy general" lo anterior ya no se aplica y es que lo que pasa es que el lenguaje debe de ser campazas.
Si se dice "general, muy general" lo anterior ya no se aplica y es que lo que pasa es que el lenguaje debe de ser campazas.
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