Si no se refiere a una segunda lengua que un adulto aprende, la fórmula encierra algunas paradojas. ¿Para qué necesitamos unas palabras que no conocemos? ¿Acaso para resolver por simplificación nuestras perífrasis? –Pero si las desconocemos, ¿cómo rodeamos a las cosas que nombran?
Cabe la posibilidad de que la necesidad de palabras se diga de alguien a efectos expresivos, o acaso desde la perspectiva del valor performativo de su intervención. Pero hay que desconfiar de la expresión en primera persona: “Quiero aprender las palabras que necesito”, como si fuera una cuestión de palabras.
Cabe la posibilidad de que la necesidad de palabras se diga de alguien a efectos expresivos, o acaso desde la perspectiva del valor performativo de su intervención. Pero hay que desconfiar de la expresión en primera persona: “Quiero aprender las palabras que necesito”, como si fuera una cuestión de palabras.
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