Salir de casa con los pies dormidos y la boca dubitativa. Preguntarse donde está el motor que no acaba de funcionar y recordar un lote completo de tonterías. Por tanto, no es que los motores no puedan incrementar las revoluciones. Van locos e irregulares, como este motor de recordar ideas tontas. Al cabo de los minutos viene la voluntad y comenzamos a caminar con mayor alegría y constancia patente, que se dice. Naturalmente, la voluntad es ese simulacro que se presenta como acausal, no como un producto de la fisiología del desayuno, sino como el nuevo comandante de la posición, líder ya decimos que acausal e inexplicado en las escuelas de negocios.
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