En la contracubierta a la edición que J.M. Sánchez Ron hace de Materia y movimiento de James Clerk Maxwell (Crítica, 2006), leemos y creemos no errar si atribuimos estas palabras al distinguido editor:
Aunque es, bajo cualquier vara de medir, uno de los grandes científicos de toda la histora de la ciencia, el escocés James Clero Maxwell (1831-1879) no es demasiado conocido entre los legos de la ciencia (menos aún en España, si nos atenemos a lo muy poco que se le ha traducido).
En la introducción, Sánchez Ron compara su fama con la Newton, Darwin o Einstein, y eso aporta una escala precisa para entender lo que se está diciendo en las coordenadas de la polimatía de tercera división. Es más certero que lo contrario. Sin embargo, quizá de lo que verdaderamente se nos hable ahí es de la fama de los científicos (algo plural como una distribución, por decirlo de un modo quizá nada certero) comparada con las de otras colecciones seleccionadas o definidas según otros criterios -ciclistas, toreros, escritores (como si Clerk Maxwell no hubiese escrito y mucho), rufianes- y en un país como España, que tanto nos ha inspirado la lista precedente. Un discurso subterráneo, pero muy certero o más que muy certero, muy pertinente. E se non è vero,…
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