Y así es el subjuntivo el que nos abre el campo. Es el sistema de coordenadas no compartido y que guardamos celosos el que nos ensancha el dominio por el que se nos mueven los referentes. Por eso, el subjuntivo apunta al futuro con la falsedad propia del futuro:
Aprovechamos lo que tenemos.
Aprovechamos lo que tenemos.
Aprovechemos lo que tenemos.
Aprovechemos lo que tengamos.
Nótese la aparente progresión y nótese que no eliminamos la cuarta opción:
Aprovechamos lo que tengamos.
En ella se da una consigna generalizada, que no se para a considerar lo que tenemos o dejemos de tener, pero que se alimenta sobre todo de la posibilidad de que dentro de un rato tengamos más de lo que ahora tenemos.
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