La lluvia y el llanto introducen en su entrelazado metafórico a un sujeto que está más o menos triste. El animismo se levanta, así, sobre diferentes constataciones etológicas, es un subproducto y, como tal, depende de una economía y una función ajenas, economía y función que pueden sustituirse por otras, que, a su vez, siguen subproduciendo su ilustración tan saliente.
Vemos, por tanto, que la evolución (o algún proceso análogo) puede mantener con apariencia de esencial algún epifenómeno que se nos muestra con la apodíctica falsedad de la mayoría inmensa de las constancias.
Vemos, por tanto, que la evolución (o algún proceso análogo) puede mantener con apariencia de esencial algún epifenómeno que se nos muestra con la apodíctica falsedad de la mayoría inmensa de las constancias.
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