Eduardo Halfon:
Gritaba Mussa que no le importaba que la tienda se hubiese ido reduciendo en tamaño a la mitad en el año ochenta, otra vez a la mitad en el año noventa y uno. y otra vez a la mitad el año anterior.
El tiempo separa siempre dos ciudades y no sabemos si nos hemos dormido, y no sabemos si avanzamos o retrocedemos. Y no sabíamos que esas cosas pasaban en 1980, en 1991, hace dos días. En cualquier tiempo las cosas son literatura y eso parece que nos envejece. En una llanura, en las lomas del tiempo, en sus lomas de cereal o de forraje.
Gritaba Mussa que no le importaba que la tienda se hubiese ido reduciendo en tamaño a la mitad en el año ochenta, otra vez a la mitad en el año noventa y uno. y otra vez a la mitad el año anterior.
El tiempo separa siempre dos ciudades y no sabemos si nos hemos dormido, y no sabemos si avanzamos o retrocedemos. Y no sabíamos que esas cosas pasaban en 1980, en 1991, hace dos días. En cualquier tiempo las cosas son literatura y eso parece que nos envejece. En una llanura, en las lomas del tiempo, en sus lomas de cereal o de forraje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario