Postulemos junto al aspecto verbal la pinta del sintagma verbal y de otros sintagmas, y no sólo para las conversaciones en el pub. Como primera aproximación, consideremos el diminutivo en -illo del gerundio: como aquella pareja sorprendida en el fragor (como comentaba, entre otros, el gran Leocadio Martín Mingorance) que respondía al municipal que les inquiría acerca de su evidente actividad: "aquí estamos, jodiendillo", que es respuesta menos violenta e incomparablemente más apaciguadora.
Otro renque a recorrer es el del bien conocido y nunca bien ponderado dativo recreativo: "Págate unas copas"; otro más es el de las expresiones malsonantes y sus recorridos.
La pinta nos avisa de que la interpretación componencial no es la más recomendable y hemos de movernos hacia la expresión idiomática y sus antojos. La pinta nos avisa. Una campanilla nos avisa.
1 comentario:
Tiempo de campanillas y monaguillos?
No es fácil deshacernos del monaguillo que fuimos, o que no fuimos o que sabíamos, por el aspecto, que no merecería la pena ser. Por ejemplito :-)
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