Complétese cada monografía, no con la enumeración sistemática de las fuentes, no con el listado de las referencias bibliográficas, sino con el registro de los más o menos numerosos escritos que serán influidos por el nuestro. Tal vez acabemos pronto, tal vez podamos reducir la nómina a cero. Pero quién sabe.
1 comentario:
Al final ha dado usted con la solución, ésta es debidamente borgiana, pero sobre todo santanera, que, ya que admiramos el itinerario de sus indagaciones y sospechas, es lo que importa.
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