El silencio es una conveniente disposición de lexemas y morfemas no realizados fonológicamente. Como se sabe, eso no les resta –antes al contrario- virtualidad y potencia semántica. La sintaxis también está presente. Ante un silencio cargado, el interlocutor respetuoso sabe muy bien cuándo ha llegado su turno, qué debe y qué puede callar en su réplica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario