Se muestran en una gráfica propensa, como propensos nosotros, a la idealización y otras simplificaciones. Son en número finito como en número finito, claro, las palabras distintas. El contable se asombra de cómo unos datos poco confiables pueden dar lugar a la fabulación y al delirio, a la mística y a la insignificancia. Piensa, por último, en componer un hermoso elogio con todas las palabras hasta entonces pronunciadas una sola vez.
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