miércoles, junio 13, 2007

Celular

El teléfono móvil y su efecto en los hábitos lingüísticos: un tema para disertaciones aburridas como ellas solas. Y, sin embargo, tras el móvil nada ha vuelto a ser como era. Creemos. Porque nos cuesta trabajo recordar lo que hay antes de los cambios producidos en las conductas individuales cuando no proceden de determinaciones que operan sólo en un individuo. Eso es el lenguaje. Lo que hace uno porque lo hacen todos. No hay sujeto.
En cuanto al móvil, podemos utilizar su popularidad para hablar solos por la calle y en voz alta. Ya no seremos lunáticos, sino ciudadanos ocupados. Y si ociosos, eso también es virtud (del conjunto, hecha de los vicios de cada uno).

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