Recuerdo mis perplejidades idiomáticas ante el inglés elemental y transparente del tunecino F.R. David. Por alguna razón, durante veinticinco años pensé que era libanés. Borracho, debería pensar que Walid Jumblat era miembro de Ricchi e Povveri: días de vino y cañas. Me refiero a Gatti, by the way. Por aquellos años otras perplejidades me eran abundantes. In the Midnight Hour no se quedaba atrás en lo que se refiere a propiciar interpretaciones aberrantes o imaginativas.
Queda para otro momento la relación completa de las letras que me hicieron pensar en otras letras, más o menos líricas que las autorizadas. Agradezco, sin embargo, mi ignorancia del inglés (y no es que execre su posterior disminución) porque eso me hizo dar por existentes varias letras de éxito en alguna interlingua más o menos estable.
Nótese, por acabar, que la lengua es lo de menos. Lo mismo me ha pasado y nos pasa con tantas y tantas canciones en español.
Queda para otro momento la relación completa de las letras que me hicieron pensar en otras letras, más o menos líricas que las autorizadas. Agradezco, sin embargo, mi ignorancia del inglés (y no es que execre su posterior disminución) porque eso me hizo dar por existentes varias letras de éxito en alguna interlingua más o menos estable.
Nótese, por acabar, que la lengua es lo de menos. Lo mismo me ha pasado y nos pasa con tantas y tantas canciones en español.
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