Me levanto de la silla y me acerco otra vez a los arbolitos. Qué bonitos sobre la pizarra y qué agradable el olor del rotulador. Me pongo a hablar entre cortado y cortado. Ya llevo cuatro y no acabo una frase ni encadeno un triste calambur, aunque sí que me sale algún que otro verso. Me siento bifurcado como todos los arbolitos de la pizarra, que cuelgan como escobas.
Troy Nimoy, Memorias de un sintacticista sin táctica, Tuy, Larraya ediciones, 2007. Trad. de Javier Vier Null.
Troy Nimoy, Memorias de un sintacticista sin táctica, Tuy, Larraya ediciones, 2007. Trad. de Javier Vier Null.
No hay comentarios:
Publicar un comentario