Siempre la palabra inesperada. Que la siguiente palabra que oigamos sea siempre impredecible, que esté en pie de igualdad y en marcador de igualada con todas las otras. Que nuestros mensajes sean contraseñas seguras. En un mundo de diccionarios caóticos, de enciclopedias destempladas. Y que toda estabilidad sea ilusión. Que de dónde habremos salido nosotros para juzgar acerca de esa entropía indescriptible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario