El espacio entre palabras nos descabala y nos desencamina por múltiples dubitaciones lexicográficas. Por otra parte, ha caído en cierto descrédito, como el guión (que ya no se incluye demasiado en la direcciones web), e incluso su exilio da lugar a las palabras CamelCase, con las que -suponemos- hemos aprendido a respirar de otra manera.
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