miércoles, marzo 08, 2006

La maldad del lingüista

Mapea otras distinciones con abuso en su dominio de palabras y términos, constituyentes y reconstituyentes, unidades que cree el mundo, el chaval.
La tentación subsiste: la distinción gnoseológica hecha verbo, o más bien aplicada a los diccionarios: significados que dependen del hablante, significados que son independientes del hablante. Lo cierto es que los significados sí dependen del asunto del que se está hablando. En general, la buena estructura del dominio del que se habla se percibe en los términos que pueblan el discurso especializado. Pero no es una riqueza especial la univocidad. Depende. Con todo, el cierre del dominio afectará sin duda al campo de términos que se utilice, a esa intersección entre el lenguaje y el glosario fotocopiado.

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