viernes, febrero 29, 2008

Lenguaje irregular

Sortear un número infinito de objetos de una colección infinita (póngase que numerable) es algo que parece bastante difícil, por ser suave. Imaginemos que no haya gramática y que el sorteo sea la realidad que determina a los hablantes. La lista de las frases ya dichas sería el comienzo siempre incrementado de los resultados de ese sorteo, que por otra parte no consta que nadie haya ido registrando. Su inasequible resultado final sería un lenguaje azaroso y sin posible gramática.
Sin embargo, la idea misma de lenguaje se resiste a este experimento demenciado. Es cierto que tenemos formalmente un lenguaje, pero nos cuesta casar la situación con lo que son las lenguas humanas. Es más, no podemos concebir el sorteo infinito. Piénsese que no podemos asignar probabilidades iguales a todas las frases. Si ajustamos un modelo, seguiremos sin tener el sorteo. ¿Y cómo sorteamos efectivamente con probabilidades infinitesimales? –Bueno, se dirá, póngase una gramática con pesos a funcionar. Es decir, que la misma gramática incluya el sorteo, pero esto es trampa, porque la gramática existirá y será finita. Incluso, no es lo mismo un sorteo con una asignación de probabilidades posible y no uniforme que uno con probabilidad uniforme y, en este caso, imposible.
Si abandonamos la mística de estos informales formalismos, nótese hasta qué punto la idea que nos hacemos de las lenguas pasa por la finitud de la gramática y por su negación, por la posibilidad de descripciones del lenguaje no tan complejas como todo el lenguaje, y por la antítesis que refutaría esa posibilidad. Y, como digo, esto sin entrar en exquisiteces formales.
Existe algo curioso con lo que se puede nombrar y no se puede construir. El lenguaje sobrepasa lo que nombra. Le pasa como al experimento del sorteo.

jueves, febrero 28, 2008

Lame Duck

Leo en las noticias un nombre que hace me da la sensación de que mucho que no oía: Bush. Me digo que va a ser verdad lo del pato cojo, lo del renco pato cojo que padece esa forma superior de desdén que es la indiferencia.
El léxico tiene también patos cojos, palabras que caen en el peor de los descréditos, la atendible indiferencia, la que tan bien guarda el paso de la mayoría y señala por paradoja lo que no interesa a nadie.

miércoles, febrero 27, 2008

Prompt

El ordenador, enfrente de nosotros, deja que su espera monótona se multiplique en nuestros estados de ánimo. El cursor marca el inefable presente del texto, que en la pantalla es un presente móvil. Porque el tiempo, no; pero las palabras sí que son una ilusión.

martes, febrero 26, 2008

Transfiguración y triunfo de la interjección

De las funciones del lenguaje del viejo Jakobson, se diría que cuatro de ellas no se niegan a la interjección, pues éstas sirven al desahogo del hablante, afectan al oyente, inician o interrumpen el intercambio y, para colmo y a falta de definiciones, son poéticass. La función referencial y la metalingüística, en cambio, parecerían ajenas a esta parte de la oración que es, en opinión de algunos, todo el lenguaje.
Sin embargo, esto último es mera superstición. La de pensar que hablamos de cómo es el mundo y de cómo es el lenguaje sin pintarlo de los colores de la inexactitud y el capricho. Del antojo, de lo que nos sale.

lunes, febrero 25, 2008

Relevancia colateral

Santiago Segurola viene a escribir en Marca algo así como que -y cito de memoria y de barra de bar, valga la redundancia traducida- "en política y en fútbol dos puntos son un empate técnico". Segurola está hablando de fútbol y no de política, pero lo cierto es que el empate técnico es uno de los tópicos de estas jornadas del campeonato electoral. Así que la alusión al ámbito de la política refuerza la armazón retórica no tanto porque un asunto tenga mucho que ver con el otro, sino porque celebra una feliz coincidencia que procura todas las iluminaciones que queramos imaginar.

domingo, febrero 24, 2008

Fácil

Como a los idiomas, parece que a los ministros de economía y a sus oponentes cuando van a debatir se les pide que no cuesten esfuerzo. Es un vicio de nuestra democracia y de nuestro sistema educativo. De facilitar la comprensión, se pasa a proponer que, en lugar de las cosas importantes, se enseñen sólo las que se aprenden sin problemas.
Esto es, tenemos quien nos dice qué es importante y le hacemos caso.

sábado, febrero 23, 2008

Ventana de edición

El corrector abúlico sólo dispone de algunos intervalos para realizar su trabajo con la aplicación debida, con la eficacia que justifica el esfuerzo. Se trata de una ventana de edición.
Y es que ventana es apertura, pero también franja e intervalo fugaz que nos recuerda que la mayor parte del tiempo miramos a un muro. O sea, que ni vemos ni miramos.

viernes, febrero 22, 2008

Troquelaciones

Las aliteraciones y las paronomasias se encastillan a veces en perfiles cuadrados que nos recuerdan los ejercicios de un libro de matemáticas. Esos perfiles se desarollan en el tiempo como si el tiempo fuera otra cosa que la repetición con variaciones irrelevantes de los correspondientes discursos, de esos troqueles y de esos sintagmas recortables y en dientes romos de sierra. Fonología tipográfica.

jueves, febrero 21, 2008

Incisos

Los incisos nos descubren la verdad de la sintaxis y los divertículos del pensamiento. Con su vocación ornamental, permiten retomar el tema principal y la estructura sintáctica con, en ocasiones, un virtuosismo que nos hace olvidar a qué veníamos.
Pero quizá todo, todo, todo sea un inciso en un discurso silencioso o posiblemente estruendoso y, por estruendoso, inaudible, un discurso que es el Libro de la Naturaleza en alguna de sus últimas reediciones en DVD.

miércoles, febrero 20, 2008

El punto y aparte

La jerarquía de los signos de puntuación, como el ser –que se dice en estos casos- , se dice de muchas maneras. Algunos suponen una extensión infranqueable: a partir de aquí otra cosa y no me refiero a estos últimos dos puntos.
Otros practican cortaduras, valga la sinestesia intelectual, en el intervalo [0,1] por lugares insospechados, tal vez indefinibles, pero insoslayables.
El punto y aparte es como el año nuevo o como el comienzo de curso: como cuando se inician las colecciones de fascículos o vuelven los buenos propósitos, tan cansos como siempre.

martes, febrero 19, 2008

Conmutador

Expreso juicios personales, quizá no compartidos por todos los hablantes. Escribo sin considerar el asunto despacio y sin mayores precauciones. Sergio Baselga Moreno (Dirac. La belleza matemática, pág. 41) escribe de Max Born:

(1) De sus descendientes, resultará ser el más famoso su nieta la cantante y actriz australiana Olivia Newton-John.

Me suena raro. Yo claramente prefiero:

(2) De sus descendientes, resultará ser la más famosa su nieta la cantante y actriz australiana Olivia Newton-John.


En cambio:

(3) De las personalidades, el más relevante era don Fulgencio Pimentel.

es –para mí– peor que:

(4) De las personalidades, la más relevante era (la de) don Fulgencio Pimentel.

Cuestión diferente es la de otras clases de palabras y cosas:

(5) De las comidas, el más importante es el desayuno.

que no es permisible, mientras sí lo es:

(6) De las comidas, la más importante es el desayuno.

Simétricamente, (7) es mejor que (8):

(7) De los alimentos, el más importante es la leche.

(8) De los alimentos, la más importante es la leche.

En cualquier caso, vemos que en casos como el primero, algunos preferimos la concordancia catafórica (que no sé si se llamará así) entre el término hipónimo (o el sintagma correferencial: “el más famoso”) que se expresa a continuación del hiperónimo (“sus descendientes”) y el sustantivo que le sigue aún más tarde (“su nieta”; en este caso con el añadido de un nombre propio de mujer). Existe cierta asimetría además perceptible en casos como:

(9) De sus sobrinos, el más querido era Mari Pili

que encuentro peor que:

(10) De sus sobrinos, la más querida era Mari Pili.

Es decir, podemos o debemos pasar de masculino a femenino; pero como vimos más arriba, tal regla no se aplica si el resultado es femenino-masculino-masculino. Ya se sabe que el género gramatical masculino se usa para colecciones mixtas: es el género no marcado. Aunque no todo está tan claro. En mi opinión, (11) es mejor que (12):

(11) De las Personas divinas, la más palpable es el Hijo.

(12) De las Personas divinas, el más palpable es el Hijo.


Sin embargo:

(13) De las dignidades presentes, la más prominente era el Arzobispo X

es preferible, creo yo, a:

(14) De las dignidades presentes, el más prominente era el Arzobispo X.

y creo también que ésta última es inaceptable o incorrecta. Caso similar es el de:

(15) De las autoridades asistentes, la de mayor jerarquía era…

(16) De las autoridades asistentes, el de mayor jerarquía era…

Como sólo hemos puesto femeninos gramaticales acabados en –dad y metonímicos, debemos probar con otras cosas y casos:

(17) De las fieras del zoo, la más impresionante era el cocodrilo.

(18) De los animales del zoo, el más impresionante era la pantera.

(19) De los animales del zoo, la más impresionante era la pantera.

Con animales no humanos, la diferencia de calidad gramatical de las oraciones parece suavizada (sobre todo porque el género de los sustantivos que cierran una y otra frase no es ni masculino ni femenino). (18) no refuta la “regla Olivia Newton-John" porque ésta nos la han sugerido casos y categorías en que el accidente de género (descendiente) no funciona como en animal.
Nótese además que impresionante es como descendiente. En cambio (18') es mejor que (19'):

(18) De los animales del zoo, el más fiero era la pantera.

(19) De los animales del zoo, la más fiera era la pantera.

Probemos con algunas designaciones un tanto oblicuas:

(19) De las fieras del ejército de Atila, la más impresionante era su cuñado
(20) De las fieras del ejército de Atila, el más impresionante era su cuñado.

(21) De las bestias con que hemos tenido que tratar, la número dos
(22) De las bestias con que hemos tenido que tratar, el número dos es,…

Y, por dar un poco de aire o por quitárselo, a la “regla Olivia Newton-John”, compárese:

(23) De los árbitros, la más experta era Catalina.
(24) De los árbitros, el más experto era Catalina.
(25) De las árbitros, la más experta era Catalina.

(23), lo confieso, me suena a que Catalina era la más experta del subconjunto de los árbitros de sexo femenino. Si se intensifica, esta sensación ya no la tengo:

(26) De todos los árbitros, la más experta era Catalina

aunque yo preferiría:

(27) De todos los árbitros, Catalina era la más experta.

Lo que acabo de decir depende claramente de lo que sabemos de los árbitros. No sucede con:

(28) De los administrativos, la más competente era Catalina
(29) De los administrativos, el más competente era Catalina

Y aquí yo vuelvo a preferir, y con mucho, (28). Cierro aquí la sesión, porque los casos parecen graduados y muy dependientes de la clase de palabra, de la estructura sintáctica específica, de las relaciones taxonómicas entre los significados y de las relaciones entre individuos y clases de individuos designados.
Se esperan opiniones y pareceres. No confío demasiado en los interlocutores a quienes he consultado mis divagaciones hasta el momento: De las personas con quienes lo he comentado, el más convencido ha sido mi amigo Manolo.

lunes, febrero 18, 2008

Gramáticas

Supongamos este razonamiento: Hay oraciones cuya gramaticalidad los hablantes no pueden decidir. Ahora bien, no se sigue de ello que extensionalmente la lengua de esos hablantes no sea un conjunto recursivo de oraciones. Sólo se sigue que ellos no están en posesión del algoritmo adecuado.
Hasta aquí el razonamiento, que se puede prolongar en el sentido de introducir la precaución de que la solución admitida lo es sólo para el caso recursivo.
De cualquier manera, si el conjunto de marras es recursivo, un lingüista tiene el algoritmo o lo puede tener, lo que nos tememos que es una petición de principio notable y que exige a gritos agramaticales una actitud más bien constructivista.

domingo, febrero 17, 2008

Cocteleras

La suerte de esa disciplina llamada teoría literaria nos muestra su falta de definición, su cercanía –por su tendencia a la autodisolución– a su propio objeto: vemos cómo puede reunirse con heteróclitas ideas y hacerse feminista, gay, ecologista…
Pero, los estudios literarios conservan dominios (quizá reductos) plenamente racionales y hasta científicos. Lo que probaría esta situación es que su intersección con la filosofía es notable. Sobre todo y cada vez más, con la mala filosofía.

sábado, febrero 16, 2008

Heterogeneidad

Que un texto no es aleatorio lo dejan ver la persistencia de algunas rachas y las de algunas ausencias. Ahora bien, es posible que cada tantas palabras se sortee el bombo, de entre los varios disponibles, de donde se extraen las palabras. Por ello, nuestra primera conclusión bien pudiera ser excesivamente apresurada. Negar el azar en nombre de la sintaxis o del significado no es argumento porque esos artefactos son también caprichos.

viernes, febrero 15, 2008

Nomenclatura

Pasamos del Instituto Nacional de Meteorología a la Agencia Estatal de Meteorología, lo que nos recuerda al sintético(1) “Llueve en el Estado”.
Como quiera que existen agencias nacionales, nos informaremos sobre la razón de que ésta sea o vaya ser estatal, aunque las razones aportadas nos pueden inyectar la melancolía que proporcionan las distinciones jurídicas cuando sancionan como situación real lo que es mera ideología. En el peor sentido –que ya es decir.


(1) Y nada analítico en estos tiempos resecos.

jueves, febrero 14, 2008

Los árboles no dejan ver la sintaxis

En la clase dibujan árboles secos de los que apenas cuelgan hojas que no resistirán la más ligera brisa retórica. Monotónica sequía tras los cristales, propone un aburrido para un sintagma muy sencillo. Pero al momento, el sintagma es monotónica tras la ventana sequía, y el asunto se complica. Sigue monotónica tras sequía y ventana, pero entonces abre la puerta el bedel y nos ofrece el sintagma, Sein und Zeit, “la hora”.

Tomado de Hermandad de antiguos discípulos del profesor García, Los papeles de la Hermandad de antiguos discípulos del profesor García, New Hamlet upon Desatyne, 2007.

Concretamente, de la ponencia del alumno Izarra que lleva por título “De cómo el bedel acaba con las lecciones como el despertador con los sueños”.

miércoles, febrero 13, 2008

Days of python and java

La lingüística regala a su cultivador la dulce evanescencia de la informática recreativa y sus interludios, más que nada por mantener una conversación con otros colegas como si se fuera perito en esa segunda materia.
Lo cierto es que entre las lenguas de los hombres y los lenguajes de los ordenadores se establece una relación ambigua, que nos recuerda a la dialéctica –por llamarla de algún modo– entre los que, hace mucho, mucho tiempo y en una galaxia muy, muy lejana, discutían si la lingüística era una parte de la semiótica o si está quedaba englobada por aquélla, en una suerte de englobamiento paradigmático, suponemos.
Y es que una de las ventajas más importantes de la actividad científica es que podemos cultivarlas razonablemente sin necesidad de haber aclarado las ideas que nadan entre dos aguas y que uno nunca se puede sacudir, demonios cargantes de alguna mitología que seguimos llevando a cuestas.

martes, febrero 12, 2008

El diccionario irremediable

El diccionario nos provee de tantas metáforas como sus entradas de significados o de algo parecido.
El diccionario es también un género literario que demuestra la fatuidad de todos los otros. Que, de paso, nos enseña que todo orden es, como el lexicográfico, puro arbitrio.

Tomado de P. P. Carter, Cómo me hice filósofo del lenguaje y no, por ejemplo, funcionario del catastro, Palencia, Ediciones Estola, 1999.

lunes, febrero 11, 2008

Dentro de mucho tiempo

Una falsa memoria probablemente: Recuerdo el estupor de infancia ante las palabras “Dentro de mucho tiempo”. Creo que se trataba del libro de Tomás Salvador y yo, más que preguntarme cómo es que el tiempo o el mucho tiempo tenían algo dentro, me preguntaba por qué eso tan prestigioso del futuro admitía el “dentro de…” y no comprendía por qué se oponía al “hace…”, como se opone, según algún bolero y también mi profesor de lengua, el pasado al porvenir.

Tomado de P. P. Carter, Cómo me hice filósofo del lenguaje y no, por ejemplo, funcionario del catastro, Palencia, Ediciones Estola, 1999.

domingo, febrero 10, 2008

Dispersión

Así como en una novela, determinadas palabras (sean los nombres de los personajes) pueden distribuirse de manera más o menos homogénea o, por el contrario, heterogénea a lo largo de las páginas, la vida también nos ofrece desigualdades en la repartición temporal de los encuentros y las reapariciones de los antagonistas que el azar nos concede.
Es cierto que la vida, al igual que las novelas más prestigiosas, tiene un subtexto que rebasa no poco la presencia empírica y un tanto trivial de un nombre, de un rostro. De un recuerdo.

sábado, febrero 09, 2008

Concatenando

El estudioso ha estado concatenando palabras y esta mañana ha pasado a concatenar objetos más complicados. Se pregunta entonces si los esta concatenando o si está haciendo otra cosa con ellos.
Prosigue con tan ardua metafísica para, al cabo de ese dilatada ociosidad, volver a su tarea de estudioso.
Al poco tiempo, le invade una sospecha sobre la existencia de ciertas regularidades de gran renombre y se recrea en la consiguiente paranoia. Dedica lo menos malo de sus energías al asunto. Sólo para descubrir que lleva cuatro o cinco días sin hacer nada.

Tomado de L. Morabito, Memorias de un investigador concienzudo, Maracaibo, 1997.

viernes, febrero 08, 2008

Saber y ganar de ciencias

En el concurso televisivo contemplamos las invencibles dificultades de algunas personas adultas cuando se trata de sumar, restar, multiplicar o dividir de cabeza.
Lo notable del asunto es que muchas no son capaces sino realizar la operación que se les solicita “literalmente”, por así decir; en algunos casos se diría que incluso “visualizan” los correspondientes trazos en la pizarra. O no les enseñaron, o se les olvidó o nunca sospecharon que la asociativa y la distributiva son propiedades que se refieren a conocidos trucos que aligeran la carga. Ni se les paso por la cabeza que estos trucos -como la metonimia del orador- no precisan que se conozcan tales propiedades escolarmente: Así, pongamos por ejemplo, para restar 29, restamos treinta y sumamos uno. Para dividir 129 por 3, si nos viene mejor, dividimos 120 por tres, luego 9, y sumamos, algo que practicaban algunos compañeros míos de párvulos antes de que nos convirtiéramos en delincuentes juveniles.
En fin, descubrimos en algunos amables participantes que la obediencia no ya al algoritmo, también a su caligrafía y tonta ceremonia, es total, con las perniciosas consecuencias prácticas que son conocidas, al menos cuando uno es concursante televisivo, al que los nervios u otras circunstancias pueden además afectarle negativamente.
Sospechamos que la reverencia supersticiosa al método con que se identifica a la aritmética elemental es otro de los síntomas de una enseñanza a la que habría que retirarle todo crédito, a interés simple o compuesto.

jueves, febrero 07, 2008

Fibonacci

El entusiasmo por la Razón Aurea y por la sucesión de Fibonacci, por su ubicuidad supersticiosa, sigue un patrón temporal de altas y bajas que seguramente tiene que ver con eso mismo. En cualquier caso, cuando hay muchas cosas, siempre se pueden elegir aquéllas que cumplen con la conocida regla: Hasta luego, Lucas.

miércoles, febrero 06, 2008

Cenoplétora

Las épocas que nos han cedido a los clásicos aúnan la altura a la cantidad (la cantidad a la escala de aquellos tiempos de antiguos no querellados). Ahora tenemos cantidad, tanta que eclipsa cualquier posibilidad para un clásico. Hasta que medie el olvido, al que debemos tanto.

martes, febrero 05, 2008

La arquitectura de las interjecciones

Si la facultad del lenguaje puede verse bajo la especie de la arquitectura, la proferencia de interjecciones se mueve lejos de la planta basilical y se acerca peligrosamente a las técnicas de demolición. Sin embargo, esas demoliciones se hacen siempre pensando en una recalificación de la sintaxis, con adjetivos, sustantivos, verbos y adverbios en ocasiones de protección oficial. Por seguir con la broma, más que de arquitectura del lenguaje, deberíamos pensar que hablamos como el que arrasa un solar para construir con los escombros. lo que suena muy a lo Lévi-Strauss, by the way.

lunes, febrero 04, 2008

Provocaciones

De los múltiples formatos, parece que encabeza la lista el que se funda en facilitar al oyente la debida interpretación de lo dicho según criterios de relevancia y según las coordenadas que dicta la situación, esto es, como si se hablase de lo que hay que hablar.
De hecho, el hablante provocador puede mantener, llegado el caso, que tal interpretación es la correcta. Pero siempre dispone del refugio de una literalidad que, despojada, apunta a otra cosa de la entendida. El provocador se arroga el derecho a elegir y cambiar de plataforma. Nótese que se trata también de una técnica de camuflaje, una jerga para iniciados y amigos, a salvo de la crítica o de la petición de responsabilidades, que nunca llegan cuando los argumentos para dirimir la cuestión son formalistas. Como si los demás fuéramos todos tontos.

domingo, febrero 03, 2008

Enumeraciones

Los dramas se condensan en una enumeración; y las vidas. Nuestros planes más fantasiosos y nuestros futuros de más famosa épica. La retórica de la enumeración y la oculta retórica de la taxonomía que se adecua a la línea del discurso. Las enumeraciones son como el ferrocarril, un poste tras otro.

sábado, febrero 02, 2008

Si nomina scis

En la divulgación más bien boba de la hipótesis de Whorf-Sapir y temas adjuntos, la leyenda polar de los muchos nombres de las nieves con que cuenta la lengua de los esquimales revela inevitablemente una ingenuidad que precisamente niega al menos las versiones más radicales de la hipótesis: nombre como categoría translingüística, lenguas conmensurables en sus categorías, la comparación concebida siempre dentro de un género, lo que impide que las diferencias sean tan inconcebibles y tan señaladas como se susurra.

viernes, febrero 01, 2008

Nombres propios. Padre

Hace unos días era un desconocido, pero a estas alturas se puede titular ya con el nombre de pila del chico muerto:

La Justicia condena al conductor que atropelló a Enaitz a pagar las costas de la demanda civil

Al otro protagonista de la triste historia no parece adecuado (y eso es algo que sabemos todos) obsequiarle con la cercanía de sólo el nombre. Y es que el propio, si se trata de resumir lo que pueda suceder cuando ya definitiva y socialmente se opta por su uso, apela a las relaciones entre padre e hijo. También a la metástasis de éstas, que es el paternalismo, rasgo bastante antipático cuando acompaña a la sorna, la ironía o el sarcasmo –y prescindiendo de lo antipáticos que los tales puedan ser ello solitos. Así, cuando Manuel Alcaraz Ramos escribe en El Correo acerca del frustrado letrista del himno español, éste es Paulino y solamente Paulino, quien además es un “cruce entre un personaje de Capra y un titán carpetovetónico”. Hay que notar también que nada más universal que el nombre propio pues el mismo Alcaraz señala que:

[Paulino] Podría ser el español medio por antonomasia y, en este sentido, el que más merecía el premio, pues su sentir conectaría con las almas necesitadas de cánticos.

Y si bien nos mantenemos a más que imprudente distancia de las posiciones en que Alcaraz parece situarse, reconocemos su notable aportación a la tesis de que el uso del nombre propio ayuda a que el individuo -español en este caso, seguramente por no poder ser otra cosa- sea nada menos que “el español medio por antonomasia”, media de la que se separarían los no necesitados de cánticos, pero sí de figurarse que están en alguna de las colas de una distribución tan campanuda como sus argumentos.