El entusiasmo por la Razón Aurea y por la sucesión de Fibonacci, por su ubicuidad supersticiosa, sigue un patrón temporal de altas y bajas que seguramente tiene que ver con eso mismo. En cualquier caso, cuando hay muchas cosas, siempre se pueden elegir aquéllas que cumplen con la conocida regla: Hasta luego, Lucas.
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