El corrector abúlico sólo dispone de algunos intervalos para realizar su trabajo con la aplicación debida, con la eficacia que justifica el esfuerzo. Se trata de una ventana de edición.
Y es que ventana es apertura, pero también franja e intervalo fugaz que nos recuerda que la mayor parte del tiempo miramos a un muro. O sea, que ni vemos ni miramos.
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