miércoles, diciembre 06, 2006

Constitución

Un reconocido ejemplo de la presencia del sujeto de la enunciación. La constitución no constituye. Una realidad previa se constituye o hasta se conforma.
Por lo demás, lo que se dice no son enunciados de hecho, sino con voluntad asintótica. Pero lo que enuncia es síntoma también del sujeto. Y lo es lo que desenuncia.
Quizá el sujeto se compromete tanto con lo que enuncia, que el aflojamiento de los enunciados previos le quebranta irremediablemente. Como si se hubiera signado en un espejismo.

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