En cuanto a las gramáticas de las que hablábamos hace poco, introduzcamos una ligera alteración. Las estructuras permitidas iban desde el primer símbolo no terminal que se produce en cada sorteo hasta el inmediatamente anterior a la aparición del signo de interrupción, el cual tendría la probabilidad de aparición -como todos- que se estipulase de antemano. Ahora serán estructuras correctas las cadenas de símbolos terminales que se dejen analizar también en términos de subcadenas de las cadenas de no terminales obtenidas.
Intuitivamente, parecería que casi todas las oraciones “breves” estarían permitidas tras unos pocos sorteos si se parte de distribuciones de los símbolos no demasiado asimétricas. No hace falta pensar demasiado, empero, para percatarse de que no es improbable de que cadenas breves tardarían tiempo –o sorteos- en convertirse en gramaticales y de que ese tiempo puede virtualmente ser muy largo.
Nótese, en cualquier caso, que la gramática existente tras un sorteo no sería una gramática de estructura de frase pues cualquier subcadena sería una estructura aceptable. De hecho, esto nos hace perder la discreción de los sorteos. Es como si fuéramos obteniendo una cadena única con todos los resultados, como si el símbolo de interrupción sólo fuera un reloj que nos marcase los momentos de nuestra gramática.
Llegados a este punto, parecería que interesaría más bien saber algo acerca del tiempo que podríamos o deberíamos esperar para obtener determinada secuencia de símbolos no terminales. Además de eso, es interesante tomar o retomar el supuesto de que el bombo se ponía en marcha tras la producción de una nueva cadena de símbolos terminales: Qué pueda pasar dependiendo de las probabilidades de ocurrencia de éstos y de las de los no terminales es otro asunto del mayor interés Se dan análogos en otros terrenos. Por ejemplo, en el registro de fenómenos versus la disponibilidad de explicaciones para los mismos.
Intuitivamente, parecería que casi todas las oraciones “breves” estarían permitidas tras unos pocos sorteos si se parte de distribuciones de los símbolos no demasiado asimétricas. No hace falta pensar demasiado, empero, para percatarse de que no es improbable de que cadenas breves tardarían tiempo –o sorteos- en convertirse en gramaticales y de que ese tiempo puede virtualmente ser muy largo.
Nótese, en cualquier caso, que la gramática existente tras un sorteo no sería una gramática de estructura de frase pues cualquier subcadena sería una estructura aceptable. De hecho, esto nos hace perder la discreción de los sorteos. Es como si fuéramos obteniendo una cadena única con todos los resultados, como si el símbolo de interrupción sólo fuera un reloj que nos marcase los momentos de nuestra gramática.
Llegados a este punto, parecería que interesaría más bien saber algo acerca del tiempo que podríamos o deberíamos esperar para obtener determinada secuencia de símbolos no terminales. Además de eso, es interesante tomar o retomar el supuesto de que el bombo se ponía en marcha tras la producción de una nueva cadena de símbolos terminales: Qué pueda pasar dependiendo de las probabilidades de ocurrencia de éstos y de las de los no terminales es otro asunto del mayor interés Se dan análogos en otros terrenos. Por ejemplo, en el registro de fenómenos versus la disponibilidad de explicaciones para los mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario