Un día sin palabras como un día dejado al monólogo interior, que es siempre a muchas y mal intencionadas voces. De donde se deduce que hablamos para reducir la polifonía aplastante de ese monólogo inaudible.
7 comentarios:
Anónimo
dijo...
Nada, que este hombre no admite a su publico, ¿Te das cuenta? Le habla mirando a las nubes...
7 comentarios:
Nada, que este hombre no admite a su publico, ¿Te das cuenta? Le habla mirando a las nubes...
Pues sí. Será porque no le dicen lo que quiere oír.
No le gusta que lo corrijan, nada más...
Pero él corrige continuamente...
Chicos, el hombre habla para sí mismo. Dejadlo ya.
¿No os enteráis que nadie habla para sí mismo, ni siquiera los locos, y menos el viejo presidente?
Aquí hay una buena ensalada de anónimos de anónimos anémonos...
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