sábado, febrero 17, 2007

Babeles

Evemerismo del contratista. En la escuela, el relato bíblico del maestro insistía en la diferenciación lingüística por gremios. Le andaría rondando alguna experiencia doméstica de cuyas espumas no podía desasirse.
Babel es siempre babeles: Porque el relato no puede negar la consecuencia lógica de múltiples relatos opacos y simultáneos. Algo parecido al asunto famoso de la focalización, pero a lo bestia.
El maestro convierte su reconcome en virtud pedagógica. El relato será treinta relatos que los treinta niños no repetirán. O cada uno de ellos encontrará un motor distinto, apreciará un runrún que para los demás es sólo la lengua de varios pisos más arriba.

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