martes, febrero 20, 2007

Blasfemias

La blasfemia, que corrobora el origen animal de la idea de Dios. Al menos, cuando uno ha observado a un arriero o a quien ha de habérselas con ganado vacuno por las embarradas callejuelas de la aldea.
Un acto de habla que Ludovico interpretaba a lo divino como cercano a la oración. Pero perdonemos a los blasfemos. Convierten el lenguaje de los hombres en código arcano y de efectos etológicamente notables.

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