martes, febrero 13, 2007

Retórica, tópica, ciencia

Los tópicos acuden en auxilio del experto y permiten también el contraataque del inexperto. No chocan sólo en los dominios donde no se sabe. Sucede contudentemente en los dominios donde se sabe demasiado, pero no se sabe lo que se tiene que saber. Medicina y pedagogía son dos buenos ejemplos de esto y de aquello. Sin embargo, los expertos son conscientes de la situación y se esfuerzan por domeñar la retórica que se ha distribuido democráticamente. En el caso de los médicos, al amparo de argumentaciones que no han desdeñarse. Tampoco desdeñaríamos las palabras de los pedagogos, que practican una disciplina que no siente horror ante el vacío.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni que lo diga: tanto la retórica como el desatino se distribuyen democráticamente. En dictadura no pasaría exactamente igual. Esta última impone su propia retórica, la retórica de la salvación... que como tal, no sé si me equivoco -¿qué opina usted?- es en sí misma puro desatino.

Anónimo dijo...

Y dos:
¿No sería bueno para la vida local que usted mandara estas magníficas entradas a algún premio y así poder gozar de su lectura en crujiente y arrugable papel? Y, claro, teniendo en cuenta que el premio no estuviese amaña(na)do...
Ya sé que esto también es publicar, pero... Don Pedro...
Por cierto, le propongo el tema de los malditos y absurdamente "polisémicos" puntos suspensivos.
Bueno, sigo trabajando; hasta otro día.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Escribe usted "Sucede contudentemente" y yo no sé qué es eso de contudir o contuder. Me lo expliquen.
Luego, escribe usted "al amparo de argumentaciones que no han desdeñarse" donde creo que debiera decirse "al amparo de argumentaciones que no han DE desdeñarse" pero puede que me equivoque.
Me habían recomendado esta página y no sé porqué, la verdad...(Puntos suspensivos, sí)

Anónimo dijo...

Señor Anémona: para una vez que alguien hace caso a una buena recomendación y, vaya, es usted quien hace caso.
Con perdón de los monos, vaya freírselos a otra parte.
Ya hará usted sus gazapos y se ofenderá cuando se los recuerden...
Eh, ¡...!

Anónimo dijo...

Creo que los gazapos no se hacen, nacen. Aquí, a porrillo. Dos así de gordos, conejos ya, en un texto de siete líneas...Ahora, dejando a un lado el descuido, ¿algo "sucede contundentemente"? Creo que hay problemas con las ideas y/o el estilo además de los que evidencian la desatención.
Aquí les dejo, hasta otra o hasta nunca, según me apetezca. Disfruten de este reino suyo del gazapo frito.