Recordamos las ya antiguas estructuras profundas -sugeridas por Ross, creo recordar- que reunían enunciado, enunciador y enunciatario: Give me five pence era I tell you to give me five pence o quizá I tell you I ask you five pence. Aunque este lingüista daba razones para su propuesta, ésta invitaría a una recursión en que eternamente nos multiplicáramos como cuando entre espejos enfrentados.
La siguiente tentación razonable es la de negar esta posibilidad como irracional y condenada a condenarnos a un tonto laberinto. Superada (cayendo en ella, posiblemente), se nos tentará después a sospechar que la verdad del asunto está en ese juego de espejos. Que se trata esencialmente de que este juego no tiene final. Que sus virtudes, if any, proceden de tan tonto vicio.
La siguiente tentación razonable es la de negar esta posibilidad como irracional y condenada a condenarnos a un tonto laberinto. Superada (cayendo en ella, posiblemente), se nos tentará después a sospechar que la verdad del asunto está en ese juego de espejos. Que se trata esencialmente de que este juego no tiene final. Que sus virtudes, if any, proceden de tan tonto vicio.
1 comentario:
Ja ja ja es usted la monda, amigo. RECURSIÓN, dice, ¿pero qué cojones es eso? Hoy, no espere a mañana, súbase a un avión y vuele derecho a la NASA. Allí valorarán como en ningún lugar del universo conocido su espíritu creativo.
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