domingo, abril 30, 2006

Ni ser ni estar

Ser es el del sentido y estar de la referencia. Ser es el del género y estar del sexto predicable. Ésta sí me gusta más. Estar está del sexto predicable y ser está del género y de la especie. Ser es de los juicios categóricos y estar de los fáticos. Estar nos habla de las operaciones deícticas y contigüas. Estar bueno o buena es de tocar con la mirada. Es el estar de los tiempos continuos. Lo está estando. Transitivamente estamos amasando. O cociendo. El estar del ser ni es un estar ni es nada. El ser del estar es la esencia cuando andamos un poco despistados. O sea, siempre. Sepa el lector que en no pocas lenguas nos ahorraríamos este "es", al menos en tiempo prestante.
Estar de farra es ir de farra en una órbita hiperbólica, que ya dijo Halley que era (o estaba) un oxímoron. Estar borracho es el eterno retorno, pero ser un borracho es algo que se pasa: a largo plazo todos sobrios. Estar feliz es la condición propia del sabio que ni lo es ni le hace falta serlo (Sagasti, de Mendavia, vino a decir lo mismo), pero ser feliz es producto que venden los psicólogos. Valor de cambio. Seamos lo que seamos, aquí estamos. Escribiendo chorradas.

sábado, abril 29, 2006

Ritmo

La ausencia de subrayado, que tanto subraya. La asonante para la que se nos desarrolla una antena que no nos deja pasarla de largo. La ruptura que nos produce nostalgia. El martilleo que nos martillea.
Del mapa de las palabras, algunos itinerarios predisponen al lector, al rapsoda carbónico. Pero cada día, en cada ocasión, de cada continente, de cada región o de cada escalera venimos a jugar con las expectativas de cada escalera, de toda la comarca, de algunas fiestas patronales.

viernes, abril 28, 2006

Elipsis, preterición y calumnia

La maledicencia se cubre las espaldas en el no decir. Contemplamos el nocturno y vasto jardín de la pragmática de la mentira, que es tramposa pragmática. Busca su inspiración en lo que se presupone, en la contigüidad que no es predicación, pero la anuncia. Una aserción que es todas las palabras. A mayor o menor distancia. Un territorio con las infinitas oraciones y una distancia definida. El testimonio falso dibuja atajos en su mapa de medias tintas y fermatas de barbilla inquisitiva. Crece con las palabras vacías. Ya se irán llenando con lo que haga falta.
NOTA: El lenguaje (e-language, que diría el otro) como un fractal donde cada parte contiene al todo. Así, una herramienta para irresponsables y su gramática, que ha de incluir todas las ordenaciones de ese conjunto.

jueves, abril 27, 2006

Como los de antes de la guerra

De su niñez recuerda que la expresión le pareció impertinente. Entiéndase: tuvo ya la suerte de otros años, con bocadillos mejores que los de antes de la guerra. Nada que ver con los duros años. Pero esas palabras le sonaban distintas si pronunciadas por su padre, si pronunciadas por su abuelo. Y si es el caso cierto que la expresión naciera después de la Guerra de 1936, la vieron nacer un niño y un adulto con un recorrido ya muy largo. Cosas distintas, experiencias y recuerdos distintos.
Pues la permanencia de la expresión lo era de cosas y vidas ya muy distintas (si la palabra "acquaintance" significase otra cosa: "Should auld acquaintance be forgot and days of auld lang syne?", y aun con su significado propio). Otros sólo podíamos y debíamos imaginar. Y preguntar los muy bordes "de qué guerra me habla usted esta mañana, mi delicado"). Pero es cierto que esa expresión en la vida exaptativa del lenguaje podría valer para cualquier guerra y revivir con los brazos de la imaginaria la Edad de Oro y lo mío de los dos.
Bienvenidos a la vida de, pongamos, las expresiones idiomáticas, que sobrevuelan la anchura infinita del sentido y la memoria. Seguimos comiendo bocadillos de los de antes de la guerra. Evocación o profecía.

miércoles, abril 26, 2006

pijoqueimenon

Blanco es un adjetivo y adjetivo es un nombre, que es un nombre. El resumen metalingüístico hacia el sustantivo donde se sumen todas las categorías, que subrayó Ángel López. Pero en un plano más ontológico, por decirlo de algún modo, tendremos la sustancia de un accidente, de un predicable despreciable, etc. La sustancia y, para no perderse en este asunto, su paradójica tendencia al singular cuando se especula demasiado. Así, perderse en otros.

martes, abril 25, 2006

Largológico

La palabra largo significa largo. La palabra larguísimo se aplica a algo que es muy largo y es una palabra más larga que largo. Pero la morfología no ayuda a esta monotonicidad patética en el caso de corto. Y es que la morfología opera a favor del crecimiento.
Pero supongamos que en algún sentido lo pequeñísimo es mayor que lo meramente pequeño. ¿En qué sentido? Deberíamos tener un eje para lo grande y otro para lo pequeño. Entonces no habría heterologicidades de causa morfológica.
Si aplicamos la misma idea a la derivación y a la composición, los ejes se nos segmentarían de forma irregular. O no. Por ejemplo, antiespañol se situaría en el lado negativo del eje. Este prefijo solucionado. Pero parece difícil buscar un solo eje para poner, disponer, posponer, anteponer, etc. Tampoco es necesario.
Es más importante percatarse de las consecuencias de que longitud y brevedad no se sitúen en el mismo eje, sino en dos diferentes, no necesariamente ortogonales. La predicación se proyecta vaya a saber uno dónde.

lunes, abril 24, 2006

¿Qué entiende usted?

Joan Garí (El país, 22 de abril de 2006, pág. 17, “Ana Karenina, por ejemplo”) escribe.”No sé hasta dónde nos podría llevar la perversión de la estadística.” Nuestra pregunta titular se dirige a las dos interpretaciones que se nos antojan más provechosas:
1. Hasta dónde podemos pervertir entre tirios y troyanos la noble disciplina estadística.
2. Hasta dónde llega la estadística, que es una perversión.
En cuanto a esta segunda, de pseudocódigo tan pseudoborgiano, nótese que no se indica de qué es la estadística una perversión, con lo cual se tratará, como no puede ser menos, de una perversión del universo y de todos sus desventurados subconjuntos.
Joan Garí discute acerca de los lectores y su número. Toma unos datos postulados por Philip Roth y se sorprende ante la conclusión que ha de extraer de que “a la vuelta de la esquina en todo el País Valenciano no habría más de ¡dos personas! que supieran de primera mano quien [sic] es el conde Vronski”. Y es que no tiene otro remedio pues según la queja o lamento del autor de The Plot against America, sólo habría 25.000 lectores verdaderos en los Estados Unidos de América, donde por lector se entiende más o menos ser lector de Ana Karenina.
Prudentemente, Joan Garí utiliza la expresión “saber de primera mano”, porque hay gente que ha conocido a muchos rusos de novela por otros caminos. Todo muy interesante, pero demasiado fascinado a la vez por la perversión de la literatura y por la perversión de la regla de tres.
De la influencia del conde en la literatura española, recordaremos unos pocos versos que el lector no dejará de ubicar fácilmente:
1. Échame un ferrocarril /…
2, …la estación de Madrid, / los cuarenta vagones / y el ferrocarril…
3. Dicen que va a poner / ferrocarril en [aquí la población X]… (aunque me espine la mano, obviamente)

domingo, abril 23, 2006

Cubrimiento y cierre terminológico de un campo de ideas

No puede cerrarse un campo de ideas. Ni puede recubrirse terminológicamente. Pero los términos disponibles pueden centuriar ese campo abriendo así el camino a una ontología que parece proceder de la mera combinatoria verbal y que se nutrirá luego de una materia ideológica más bien deleznable.
Este fenómeno, que en los borradores de los nuevos estatutos de autonomía se produce con altas dosis de eficacia, tiene que ver con la reconocida superstición para la que, si tenemos una palabra, entonces poseemos algo que ha sido nombrado.
El fenómeno contrario, pasar del individuo al conjunto definido intensionalmente por una propiedad o un adjetivo es también observable, y no nos referimos al sintagma nominal compuesto por dos sustantivos, como en inglés, sino a los cruces categoriales que nos predisponen a conmutar sustantivos por adjetivos y viceversa. Así, el poeta Francisco Castaño escribe en distintas partes del mismo poema, pero en este orden, los siguientes tres versos:
Penélopes redes.
Heráclitamente.
De amena intemperie.
Lectores hay, al menos uno, que no pueden evitar leer un sustantivo amena cuando llega el adjetivo amena (el sutil oxímoron ayuda). La clave es que primero se ha topado con un epíteto que no es un epíteto y que, además, es un sustantivo, y al poco con un adverbio de modo construido sobre un nombre propio. Por desgracia, estos efectos no se limitan a la estimable obra de un poeta, sino que inundan la prosa de los hechos diferenciales y de las diferencias de derecho. Torcido quiasmo.

sábado, abril 22, 2006

Paradojas pragmáticas

Las versiones tradicionales de bien conocidas paradojas –pensemos en la del mentiroso: “Yo estoy mintiendo ahora”, “Yo soy un mentiroso”– pueden traducirse a un lenguaje autorreferencial en que se elimine del enunciado al enunciador: “Esta oración es falsa”. Digamos que pierden su aspecto pragmático y aparecen como aliñadas paradojas semánticas. Seguramente estaremos perdiendo un macuto por el camino o algún niño por el desagüe, pero vamos a dar por buena la traducción, esto es, la neutralización del sujeto hablante. Nótese que en esta paradoja, el hablante habla de lo que él hace como hablante.Echemos un vistazo a la siguiente oración (es una, aunque parezca dos):
”Existen dos clases de personas. Las que dividen a la gente en dos clases y las que no la dividimos en dos clases”.
Claramente, la siguiente versión es totalmente descafeinada:
”Existen dos clases de personas. Las que dividen a la gente en dos clases y las que no la dividen en dos clases”.
O incluso lo es una en que el “nosotros” fuera del bando divisor y entonces no nos causaría mayor divertimento. En este caso, en el del nosotros problemático, el enunciador habla de otras hazañas suyas que no se refieren a los enunciados que gentilmente profiere. ¿Cabe cancelar aquí al sujeto? ¿Es necesario?
Desde su título,“Paradojas pragmáticas”, esta nota habrá hecho pensar al lector en las diversas situaciones que se han denominado así, de Moore a Watzlawick pasando por paradojas que envuelven futuros contingentes y bien conocidas, o por paradojas que envuelven acción, de individuos u organizaciones, o bien acción y conocimiento. En no pocas ocasiones se denominan paradojas pragmáticas a las del tipo de la primera que hemos citado y que sólo se nos antojan versiones de paradojas semánticas (1). Volvamos pues, al caso de los divisores. De hecho, la propuesta está cerca de la clásica paradoja pragmática de Moore (“Llueve, pero yo no lo creo”): “Sé algo que desconozco o que niego," aunque también es posible reducir la paradoja propuesta a una contradicción insoluble: “Hago lo que no hago”, pero tal expediente es extremado porque, en todo caso, se tendría: “Hago lo que digo que no hago y lo hago al decir que no lo hago”, lo cual se puede intentar despragmatizar por asimilación a la mal llamada paradoja de Weyl o, más sencillamente, con la pretendida demostración de que esta última es ejemplificada por el simple enunciado "No miento al afirmar que dos y dos son cinco". Ahora bien, el lector comprobará que no es éste el caso (2).
Estas paradojas quizá apunten a una descarga del valor del contenido primero del enunciado y a una interacción complicada con el verbo modal, oblícua oblicuidad: “No creemos en estas paradojas, pero haberlas, haylas”. “No creo en la religión católica, que es la verdadera, ¿Cómo voy a creer en ésa?”, que parece decir -y quizá sea sólo retórica- de la católica que es una religión verdadera y no una verdadera religión, esto es, una religión como Dios manda. Y es que hay dos clases de paradojas, las que clasificamos en la primera clase y las que somos incapaces de clasificar.
Ejercicio: ¿Cómo sabemos que son dos clases y no una, tres o más?
(1) La cuestión tiene que ver con la identificación entre representación de la enunciación y autrorreferencia.
(2) Un ejemplo tramposo puede aprovecharse de un rasgo metalingüístico no semántico: "¡¡No estoy chillando!!"

viernes, abril 21, 2006

El resumen como Big Bang

Hablamos del periódico La Rioja de hoy, en su edición del día de hoy, en perífrasis al uso. Del siguiente pasaje de una entrevista parece proceder el titular que se reproduce inmediatamente después:
(1) - "Para mí no había otro documento anterior a 1090 (Fuero de Miranda). Descubro que la palabra Rioja unida es anterior a los latines Rivum de Oja. Por eso le doy la vuelta y veo que Rivum de Oja viene de Rioja. La palabra castellana no traduce al latín sino que el latín macarrónico de los siglos X, XI, XII y XIII traduce una palabra ya existente. Ahí empiezo a buscar los orígenes hasta que García-Turza me apuntó la clave [so many sikhs in Punjab, the etymon of Athens of which we do not remember]."
(2) "La palabra castellana no traduce al latín, sino que el latín traduce una palabra ya existente"
Se trata de un reportaje compuesto por un artículo, un recuadro, los correspondientes títulos, subtítulos y ladillos, y una entrevista –todo ello de nuestro amigo C. Somalo– a un estudioso, Tomás Ramírez, que defiende su hipótesis etimológica para el topónimo Rioja. A quien es ignorante en una materia, las teorías que la pueblan y construyen le suelen parecer verosímiles. Algunos vamos por la vida mecidos en la inconsecuencia de aquél a quien le parecen todas bien argumentadas, lo que –de seguir el paralogismo venido a menos– nos haría probable o incluso verosímilmente ignorantes en todas las materias. Lo cierto es que la hipótesis o más que hipótesis de Tomás Ramírez, que se recoge en un artículo aparecido en la revista Berceo, merece comentario por alguien menos ignorante que el editor y autor único de este blog, salvo posts.
De lo que sí creemos que podemos tratar es del contraste entre la primera cita y la segunda. Tal vez sean las que siguen consideraciones propias de un lector hipersensible, pero nos parece que –y aquí quizá estemos incurriendo en lo que nos proponemos denunciar– la casuística envuelta caracteriza el modo de hacer habitual del redactor y del editor de prensa.
En el texto completo de la entrevista, el adjetivo macarrónico y el complemento que nos habla de los siglos nos particulariza el fenómeno de que se está hablando. El titular, en cambio se lo podían haber puesto al Luis Racionero o al Sánchez Dragó de cuando sostenían que el latín “venía” del español.
Más importantemente, las frases anteriores, la segunda y tercera de nuestra primera cita, nos aclara que se está hablando de una palabra, de un término concreto, la palabra “Rioja”. En cambio, el titular universaliza la referencia. En lugar de ante una razonable hipótesis etimológica, parece que estamos ante el delirio de un filólogo ficción.
Y es que podrá no sucederles a todos los lectores, pero sí a algunos, que expresiones como las del titular citado nos suenen más bien a gran generalidad, a todo un concepto, a una idea de apariencia sublime, y no a lo que son, a lo que luego encontramos en las palabras mismas –se supone- del interesado. Pero el mecanismo semántico que subyace a todo esto es que son el discurso largo, el complemento, el adjetivo o la subordinada, los que profirianamente disminuyen la extensión del referente. Si no siempre, al menos sí en ocasiones que los titulares de prensa aprovechan para ponerse en evidencia.
NOTA: Sabe el lector que, como decimos, no siempre es así, pero el riesgo de mutar el referente está presente siempre que se eliminan palabras, aunque no parezcan las esenciales.

jueves, abril 20, 2006

Procesamiento y estolón

Procesar es dar cuenta de una oración como si fuera lo que es, un puzzle de de piezas conectadas por un estolón. Una metáfora no del bricolage sino del intento renovado. Del hablante y del gramático. Pero el gramático muere también muchas veces, enredado en las lianas del árbol de Porfirio. En sus banderolas, con todo su predicamento. (L. Matthäus, Drei Sätze und ein Begräbnis, Gelsenkirchen, Schalke Verlag, 2004/ Agradecemos la traducción a U. Stielike.)

miércoles, abril 19, 2006

Nessuno mi puo definire nemmeno tu

La alegoría es el triunfo de la finitud. El símbolo se acoge mejor a totalidades infinitas, conmensurables con algunas de sus partes propias, pero la alegoría debe partir de un inventario de partes estructuradas que se corresponde con las partes estructuradas de otro dominio. Si habla de algo infinito, lo deja hecho unos acotados zorros, por así decir.
Como los textos estatutarios y anejos suelen tener un difícil acomodo dentro de la teoría del símbolo, a la hora de tratar de ellos habremos de recurrir a la alegoría, que nos deja todo más ordenado, incluido el especular paisaje.
Proponemos, en consecuencia y conc arácter obligatorio, la inclusión estatutaria del término “alegoría nacional”. “Andalucía es una alegoría nacional” y “la alegoría es más que la nación catalana”. Se trata de elevar un pueblerino simulacro y consagrarlo a los dioses de los procedimientos lubricados:
- ¿Qué pensaría si el nuevo Estatuto regional dijera que La Rioja es una nación?
- Me parecería un error. Que una comunidad autónoma se llame nación, o nacionalidad histórica, responde a un sentimiento. Y el de los riojanos es de una identificación extraordinaria, casi total, con La Rioja y con España. Habrá que buscar una definición que no acentúe la diferencia.
- ¿Entonces, nacionalidad histórica?
- Eso va a depender de lo que el Parlamento riojano quiera. Yo no voy a decirle a los riojanos lo que tienen que ser.
(Alfonso Perales, secretario federal de Relaciones Institucionales y Política Territorial del PSOE, contesta a A. Soto en La Rioja.)
La alegoría no parte de algo finito, sino de algo que acaba amputado, con sal gorda sobre la herida. Catalunya és més que una nació, però menys que una alegoria.

martes, abril 18, 2006

Contradicción entrópica

Si en entregas anteriores se defendió que aparentes contradicciones no lo eran tales o, al menos, admitían una lectura o interpretación que evitaba la contradicción, convendrá recordar una modalidad de contradicción que no es infrecuente. Nos referimos a la contradicción que alimenta la entropía semántica y que se realimenta de ésta. Se guarece más en el abuso del léxico que en la sintaxis de la coordinación y tiene efectos nefastos sobre la propia racionalidad. Se afianza mediante recursos que se pueden utilizar para salvaguardar la verdad de lo dicho desde la interpretación más favorable, al tiempo que se mantiene la connotación retóricamente más eficaz.
Casos bien concocidos de esto último se apoyan en la sinécdoque que sustituye individuo por especie o género bajo la coartada o alibi estilístico de la perífrasis: "banda armada" o "banda terrorista" por ETA.
Otras variantes, ahora de carácter sintáctico, se apoyan en la redundancia condicional expresa de un supuesto que ya ha sido establecido. Tal expresión a lo que sirve es precisamente a negar o desvirtuar ese supuesto sin que el hablante se haga responsable de ello: "si hubiera un requerimiento objetivo y fundado de razones de seguridad para proteger mejor a nuestras tropas".
Cuestión distinta es si es prudente utilizar estos recursos, si es prudente para el mandatario, si lo es para el conjunto de los mandantes.

lunes, abril 17, 2006

Llueve y no llueve

La aparente contradicción vale porque llueve y no llueve cubren sucesos de intersección no vacía. Podemos tratar esos sucesos de distintas maneras en que no entramos. Limitémonos a recalcar el hecho de que la contradicción es mera retórica. La contradicción expresa no implica contradicción. Llueve puede significar que llueve sin más o también algo que no excluye el no llover.
De hecho, las relaciones entre lógica y lenguaje son de geometría variable. Francisco Garrudo nos comunica el siguiente caso:
- Hijo, veo que tienes muchos cromos.
- (#) Sí, tengo 70 ó 120.
- Pero, hijo, si no sabes exactamente cuántos tienes, se dice tengo 70 u 80, dos números que puedan estar razonablemete cerca del número real.
- No, lo que pasa es que no recuerdo cuantos tengo, pero sé que Juan tiene 120 y yo 70 o viceversa. Así que, como te digo, tengo 70 ó 120.

En fin, podemos interpretar la expresión (#) como una disyunción clásica o como una expresión borrosa pero centrada en un intervalo como 70-80. Pero en español las dos interpretaciones encajan con la oración (#). Nótese que al decir interpretación no hablamos de dos interpretaciones en un mismo lenguaje formal, sino de algo que envuelve otras cuestiones. La interpretación habitual de 70-80 puede modelizarse desde la teoría de la probabilidad o desde la lógica borrosa, o desde vaya uno a saber qué. No es el mismo caso de una oración que admite dos interpretaciones “sintácticas”. Al decir “sintácticas” desde luego estamos diciendo algo de la semántica, pero no estamos eligiendo entre distintos procedimientos semánticos de asignación de la referencia, entre diferentes tipos de representación.
Volviendo a nuestro ejemplo central (#) o al ejemplo titular, podemos pensar que la sintaxis del español, de las lenguas o de la lengua de los hombres, pueda modelizar la diferencia entre las interpretaciones. Que a cierto nivel de interpretación tengamos estructuras diferentes si hay interpretaciones diferentes en sentido fuerte o en sentido débil. Es posible, pero aquí están en juego dos concepciones del lenguaje profundamente diferentes. La autonomía de la sintaxis entendida como no isomorfismo entre estructuras sintácticas y las interpretaciones a las que acceden el hablante o el oyente, frente a la determinación total de la estructura sintáctica por la semántica. A lo bestia, lo que paradójicamente conduce a una sintaxis hipertrofiada.

domingo, abril 16, 2006

Eheu Lalia

Hace años Agustín García Calvo discutió el asunto de la inaceptabilidad (o puede que agramaticalidad) de oraciones como:
Nosotros me amamos
Yo nos amamos.

El lector industrioso puede añadir muchos más casos similares:
Vosotros te amáis
Tú os amas
Podemos pensar en otras estructuras:
Nosotros me escribimos una carta
Nosotros me damos una recompensa
Yo nos escribo una carta
Tú os escribes unas carta
Venimos conmigo
Vengo con nosotros.
En general, parece que la identidad estructural entre partes propias y todos y su alegre relación monotónica es la que se representa mal en el lenguaje. En correcto: rechazamos, como se rechazan estas cosas, oraciones como las citadas desde un hábito más o menos íntimo y difícilmente verbalizable.
Otros casos muestran que no es sólo cuestión de los pronombres, que alegría más grande / ligar con los pronombres:
Los españoles aman a los catalanes
Los catalanes aman a los españoles.

Vemos que la interpretación aquí está casi forzosamente determinada a la no inclusión, por no decir a la intersección vacía. Este carácter de distinción plena de la referencia es o parece ser muy potente. Por decirlo de otra manera, la expresión de la identidad referencial es muy complicada, y lo ha de ser también las de las relaciones de inclusión o pertenencia:
De todos nosotros, yo incluido, se puede decir que sentimos amor por mí.
Resumiendo mucho, diríamos que la hipótesis más fuerte es que las reglas que rigen las posibilidades de identidad referencial de los sintagmas se ajusten a la preferencia por lo no marcado, y lo no marcado aquí sería la intersección vacía o la congruencia absoluta. Así, por ejemplo, casos como:
Nosotros (Juan, Pedro y Julián) nos (Juan y Pedro) nos amamos
y el ya citado
Nosotros me amamos
se han de entender desde una intersección parcial, la inclusión propia o la pertenencia, casos complicados para un sistema pronominal, y surge el conflicto. Sin embargo, con sintagmas nominales plenos, la situación no tiene por qué ser muy distinta:
Los niños quieren a las niñas
lo entendemos como
Los niños (en el sentido marcado) quieren a las niñas
y no como
los niños y las niñas quieren a las niñas.
En fin, que seguro que me estamos aburriendo o, más exactamente, nos estoy aburriendo y mejor nos dejo.

sábado, abril 15, 2006

Vulcano: Sinn und Bedeutung

En cuanto a lo primero, algo de un género conocido (planeta) y de una familia de ellos en la que ocupa una posición precisa. O quizá es la inexplicada precesión del perihelio de Mercurio, inexplicada desde una teoría determinada y los graves que ya se han visto.
En cuanto a lo segundo, es esto mismo. ¿O es esto el fenómeno no ante nuestros ojos mirando al cielo, sino comprobando unos cálculos? Una semántica que depende de nuestra teoría. Si estamos equivocados, todos los ejemplos se nos derrumban, o se salen de sus órbitas.

viernes, abril 14, 2006

Variables de la interpretación

En un intercambio lingüístico concreto las variables adquieren los valores que al oyente se le antojan o le vienen impuestos.
El profesor dice a sus alumnos en la clase: "Decidle a vuestros padres que mañana no hay clase", y cada niño vendrá a decir en el mejor de los casos que mañana no hay clase a sus reputados padres. Una trivialidad. Hay casos más curiosos, pero que no van muchos más allá. Dos hermanas con dos hijas cada una. A estas cuatro, alguien les pide: "Decid a vuestra madre y a vuestra tía, querida madre, querida tía, el asunto del perihelio de Mercurio(1) no guarda secretos para mí". Cada hija de cada madre sabe de quién se está hablando. Pero la trivialidad es grande más allá de los conocidos laberintos que puedan surgir y de contrastes como el clásico entre "En este país, todo el mundo habla dos lenguas" y "Dos lenguas son habladas por todo el mundo en este país".
Naturalmente, la interpretación también afecta a los significados, no sólo a las referencias. Podemos hacer que las oraciones habiten un reino ultrameinonguiano. Es gratis. También se pueden asignar a un término muchos valores a la vez, una sola interpretación pero múltiple. Búsqueda de la ambigüedad no por el hablante sino por el oyente. O el oyente que se coordina en la ambigüedad con el hablante: los constitucionalistas nos dan un buen ejemplo de hermenéutica ficción valga la redundancia.
Retórica elíptica y retórica hiperbólica. No puede haber dos intervenciones con el mismo sentido y referencia (que no pude ser un valor de verdad). Existe un número infinito de ellas. Pero entonces, digamos que a cada oración o texto le asignaríamos otro u otros bien, unívocamente, interpretables e interpretados. Aunque este planteamiento tenga los habituales desajustes de las propuestas analíticas, el asunto clave es que frases e interpretaciones llevarían vidas separadas con una contingencia absoluta en su mapeo. Ni análisis ni dialéctica, vacile.
(1) Nótese que puestos a hablar de Sinn y Bedeutung, antes que a Venus, preferimos a Mercurio y a Vulcano.

jueves, abril 13, 2006

Buscando mixtificados inventos en Labraz

Raquel Martín propone el carnet de famoso. La concurrencia se divide. Los unos apuntan a la naturaleza paradójica del invento: si se es famoso, para qué el carnet. Otros subrayan: para qué un carnet de suyo intransferible. En la era del acceso no hay otro placer que el de colarse.
Una buena parte indica que se trata más bien de una redundancia, pero no se ponen de acuerdo sobre su geometría, sobre si es elíptica o hiperbólica.
Los molinos de viento muelen el viento y los de agua la laminan, concluyen otros más poéticos por los márgenes de la reunión. Lessing en Tres Aras sustituye carnet por parábola. Aquí no sacrificamos más que pan y vino, protesta un doctrino descreído. Un día de campo. Ebro arriba, la gente se arremolina y exige una cédula de fama colectiva. StrongLight empieza otra vez a contar cómo se le rompió el cuadro de la bicicleta poco antes de llegar a Assa. StrongLight toda su vida fue Stromlin, y tal vez tuvo que huir de Odessa. Un Jueves Santo de campo. Algunos empiezan a subirse al árbol de Porfirio y mueren enredados en las lianas.

miércoles, abril 12, 2006

Autorreferencialidad pragmática

Antaño. Cuando alguien usa esta palabra, se sitúa en ese antaño o en uno anterior incluso a aquél a que se refiere, francamente irrecuperable salvo a la manera del parque natural. Podemos disolver también el futuro. Aunque el futuro ya está aquí. Y todos los gramáticos coinciden en que el futuro nunca tuvo el pedigree del pasado.

Islands in the qu-

M. A. Bastenier en El País de hoy:
…nadie ignora que, como dice el novelista barcelonés Enrique Vila-Matas, todo acaba siempre mal.
Diga lo que diga el ilustre novelista, que esto aquí no nos importa, compárese con:
… como dice el novelista barcelonés Enrique Vila-Matas , nadie ignora que todo acaba siempre mal.
Y también con:
…nadie ignora, como dice el novelista barcelonés Enrique Vila-Matas, que todo acaba siempre mal.
En la primera, tendemos a entender que Vila-Matas sostiene que “todo acaba mal”. Y diríamos que en la segunda y tercera oraciones, en ambas, tendemos hacia la interpretación según la cual Vila-Matas ha observado en alguna ocasión que “nadie ignora que todo acaba siempre mal”.
En la tercera, el “como dice…” apunta hacia delante y hacia detrás. Cubre lo que tiene a un lado y a otro.
En la primera, la conjunción que funciona como una barrera para elementos que no dejan de presentar un cierto aire metalingüístico o metatextual, extremadas anáforas externas.
Algo bastante razonable si uno lo piensa, pero a lo que ya se le hallarán contraejemplos y matices que, como decía el Doctor Pasavento, nunca han de faltar.

martes, abril 11, 2006

La liga norte

Resurge el sintagma “el mejor del Norte de España”, o “el mejor X del norte de España”. Nunca se fue del todo, pero se lee y oye con fuerza inusitada en los últimos tiempos. Como no sé si la fuerza es inusitada en los últimos tiempos o en los últimos tiempos se lee y se oye con inusitada fuerza, pues lo dejo aquí. We’ll be back.

El adjetivo más audaz para el sustantivo más inconsistente

Fijémonos ahora en pseudoconceptos y en pseudoideas. Conglomerados semánticos que no pueden hallar su lugar en ontología alguna, en ninguna teoría categorial, si no es como mera rapsodia semántica: decaedro regular en la geometría, perpetuum mobile en la termodinámica; o, más sintéticamente, tolerancia, democracia, defensa.
A éstos los adjetivos los depuran o los enfangan definitivamente. Apariencia tan sólo estilística, la de un lenguaje técnico y la de un concepto bien definido (decaedro regular) o idea que no es tal: tolerancia intercultural, democracia real, defensa preventiva. El adjetivo viene a subrayar los problemas constructivos del sustantivo. Gloria al adjetivo, hoy es el sustantivo el que se vacía más.

lunes, abril 10, 2006

Eighty-sixed meanings



Se ruega puntualidad. En general, a un colectivo distributivamente. Idealmente, se espera que ningún asistente llegue fuera de la franja difusamente difusa que cubre los minutos anteriores a la hora señalada y que acaba justamente en esta. Se piensa que un máximo de entradas se producirá algunos minutos antes del comienzo.
Pero si se ruega impuntualidad, no puede pensarse en una distribución que decrezca más o menos suavemente desde la hora del comienzo. Ésa es la realidad que vemos todos los días o algo muy parecido. Habríamos de pensar en, por ejemplo, una distribución homogénea. Sin embargo, pensemos en lo que pensemos, ajustarse a una distribución de esa especie exige una rara puntualidad de los individuos, algo así como una salida escalonada en un puente o en una semana santa. Por otro lado, la distribución que se defina impondrá una nueva noción de puntualidad, que tendría que ver con la connotación de regularidad o predictibilidad que va aneja con aquélla.
Pero si somos realistas y la impuntualidad que pedimos es la habitual del goteo que se va extinguiendo, con todas las molestias habituales -ésas sí que no decrecen, así la película nos exija toda nuestra atención- que la acompañan, entonces ¿para qué pedimos nada, si eso siempre lo tenemos, si así está hecho el mundo?
Uno puede ser impuntual, el público que llena la sala puede serlo de varias maneras. Pero si se le ruega serlo, ¡menudo problema!

domingo, abril 09, 2006

Redundancias plurales

El copista es un canal por el que se hace llegar un mensaje de una superficie, papiro, papel o pergamino a otro. Qué codificación adquiere el mensaje, los trazos que edifican un alfabeto, del ojo a la mano del copista es cuestión que puede hacernos incurrir en dislates más que notables. Las ineludibles filosofías de la representación nos hablarán de la tabula intermedia en que el copista puede también introducir algún error. Pero cuesta trabajo pensar en el copista como un canal sin más, y es que es mala aproximación. Aunque los errores pueden modelizarse como consecuencia de un ruido absolutamente aleatorio, en no pocos casos conviene hacerlo como resultado de la interpretación que el copista hace. Estamos ante un canal con esclusas exclusivas o inclusivas.
La interpretación consiste en una serie de operaciones que se hacen con el mensaje y con otro mensaje que procede de otro lado. La interpretación puede también venir a descontaminar el mensaje de un ruido que lo ha estropeado o borrado parcialmente. Por otro lado, la redundancia facilitará una mejor transmisión o copia, la redundancia que comienza desde los niveles grafemáticos y fonológicos y pasando por los sintácticos llega a los semánticos. Sin embargo, la interpretación trabaja con dos estructuras, el mensaje que se transmite y ese otro del que ya hemos hablado.
Preguntaron al griego qué fue lo discutido
y lo que aquel romano le había respondido:
"Afirmé que hay un Dios y el romano entendido
tres en uno, me dijo, con su signo seguido.
"Yo: que en la mano tiene todo a su voluntad;
él: que domina al mundo su poder, y es verdad.
Si saben comprender la Santa Trinidad,
de las leyes merecen tener seguridad."
Preguntan al bellaco por su interpretación:
"Echarme un ojo fuera, tal era su intención
al enseñar un dedo, y con indignación
le respondí airado, con determinación,
que yo le quebraría, delante de las gentes,
con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes.
Dijo él que su yo no le paraba mientes,
a palmadas pondría mis orejas calientes.
"Entonces hice seña de darle una puñada
que ni en toda su vida la vería vengada;
cuando vio la pelea tan mal aparejada
no siguió amenazando a quien no teme nada".
Las redundancias son plurales. O corrigen los errores, o los multiplican. Conviene elegir bien el marco de cada mensaje, incluso para su transmisión. El copista o el heraldo no están en condiciones de calcular la entropía mutua de dos estructuras. De perseguir la franja más eficaz y que menos distorsione, como suelen distorsionar los humanos, los mensajes y las señales meras. Averroes lee la Poética. Podemos pintar el problema bajo el tópico de la irreductible diferencia e inconmensurabilidad de hombres y culturas (Gavagai) o bajo el opuesto tópico de la unidad de la naturaleza humana. Llegar así a concluir la vaciedad de la retórica, como si esa unidad no fuera el conflicto: Lee Marvin y Toshirô Mifune debatiendo en el Pacífico sobre las paradojas de la traducción. De los errores hacer semillas. Colón errando en sus cálculos de longitud.

sábado, abril 08, 2006

Complemento de nombre

Complemento de nombre o de un verbo vacío, mero cuantificador. Rajoy de Rubalcaba:
Que a nosotros no nos parece una buena noticia el nombramiento del señor Pérez Rubalcaba como ministro del Interior. No nos parece porque hay muchos puntos oscuros en su biografía…
Lo importante aquí es “en su biografía”, expresión de gran eficacia. “En su carrera política”, “en su ejecutoria”, son expresiones ligeras, que nos hacen pensar en tenues corrupciones, en algunas conductas que merecerían una reprensión más que una pena, o que harían acreedor a su protagonista a una retirada discreta. Pero “en su biografía” nos inocula más que nos evoca, por lo menos, un escenario de trabajos auxiliares para la organización Odessa. Connivencias con crueldades inauditas, traiciones o, en fin, derrotas propias, siempre tan inmerecidas.
Nótese también que la eficacia de la expresión depende de un detalle sintáctico: "Encontramos puntos oscuros en su biografía" es expresión distante de la registrada. Aquí, “en su biografía” complementa al verbo encontrar. Esta oración puede entenderse cómo denotativa de mera ignorancia que el investigador podría rellenar con meritorios años en el Congo secundando al Doctor Schweitzer. No es ése el caso de las palabras en boca de Mariano. De otro modo, en el primer caso la predicación es positiva (aunque exprese una valoración negativa); el segundo caso no excluye un vacío de predicación, según se interprete claro.
Lo cual es casi equivalente a la existencia dos significados metonímicamente relacionados de "biografía": vida en la acepción señalada arriba; escrito en nuestra oración entrecomillada, ontología y epistemología, que diría un teórico de la literatura à la violette, "envidia de la posteridad admirada, y afrenta de la ignorante antigüedad", que dijo alguno.
Otra cosa es que un político sólo hable para sus clientes más fieles o que lo haga para ganarse algunos nuevos. Igual es que vamos a acabar distinguiendo entre votantes viejos y votantes nuevos. Limpieza de urna. Esqueletos, armarios y juegos reunidos Geyper.

viernes, abril 07, 2006

Lectio focilior, lectio refocilior

El truco es leer lo que más queramos entender. Poner palabras en otros labios y trazos en otras plumas. Asegurarse de recibir consejos moralmente satisfactorios (El escudo arverno, de donde adquirimos nuestro latín algo que pasiasténico). Zapatero y otros de su nación, sartor resartus. "Ubi solitudimen faciunt, pacem appellant", que lo decía Charles Laughton en Asterix y el caldero, si tácitamente recuerdo.

jueves, abril 06, 2006

Los cuarenta principales

Posicionarse en el google sacando partido de sus algoritmos. Muy bien explicado uno de ellos aquí. Hecha la ley, hecha la trampa. Los cienciómetras habrán sacado sus consecuencias porque las trampas también afecta al novísimo índice (de citas, de publicaciones científicas, digo), que podía trasladarse sin perdidas al otro Índice famoso. Y añadamos que aquí se encontrará un artículo con información sobre interesantes añagazas
Por lo que se refiere a los términos más buscados, por algo será, pero ni necesariamente bueno, ni necesariamente malo. Dar una lista de los que menos no es operación que deba publicitarse demasiado. Si lo logramos, acabaremos con su escondido prestigio. Estará todo el mundo en el secreto, sitting on the stool, que se dice. Nótese, sin embargo, que una escala garantiza que las cosas funcionen. La contradicción tras el máximo aparente del "mortal más mediocre" se anula cuando hay un numerito y una forma de medirlo o calcularlo. El caso o individuo "más próximo a la media" no ofrece más dudas que las fácticas, las que procura el pediatra con sus noticias sobre percentiles y lo extraordinario del caso de nuestro niño, ya sea porque está a tres cuerpos, dos cabezas y siete desviaciones típicas de la media, ya sea porque "es que está en la media en todo, es el niño perfecto".
Pero parecería que, en cuanto a términos, palabras y expresiones de más éxito, todo depende de los usuarios. Ahora bien, nuestra hipótesis será que los navegantes dependen de esos términos más usuales. Objetivamente, éstos nos conducen a otros donde nos agrupan, agropecuariamente, échame un ferrocarril, como en Venta de Baños. Una teoría cinética de los usuarios de Internet. Claramente no lineal. Que se lo digan al contador que aparece más abajo, capturado en su scilático vórtice de extinción.





miércoles, abril 05, 2006

Por decirlo

Prisioneros de lenguajes, de términos, de fraseologías que cruzan nuestros territorios como bandas de señores de la guerra que no excluyen a las columnas de ancianos, madres y niños de pecho que completarían la iconografía.
Nuestra ridícula defensa se apoya en expresiones que buscan desengancharnos, marcar las distancias: Por decirlo así, por decirlo de alguna manera, por decirlo del modo que ahora es usual, por ejemplo.
En esas defensas hay también atacantes infiltrados, claro, pero el propósito de aquéllas es claramente el de separarnos de los modos que no aceptamos, son consecuencia de la propia conciencia, de una conciencia inútil y vencida.
La casuística gramatical ofrece alguna variación, desde una integración orgánica con tonalidades metalingüísticas hasta la mera afijación como un satélite no invitado a la órbita:

Estas actividades que, por llamarlas de alguna manera, denominaremos X.

Para lo que se usan las, por llamarlas de algún modo, X.

A lo segundo más bien propenden estas expresiones, ADN basura que cuestiona el dogma central de la gramática generativa. Colaboracionistas, seguimos hablando o escribiendo en campos ocupados, batidos, planchados y peinados. Hasta que los términos enemigos nos sean familiares y reservemos el, por así llamarlo, recurso retórico referido para los nuevos ocupantes. Wörterwanderung. (Pero quizá nuestra actitud sea la de Ti periménume stin agorá ...).

martes, abril 04, 2006

Adivinanza. Descripción definida

Una descripción definida de difícil cálculo, pero la adivinanza es el enigma subjetivo porque objetivamente define con precisión su respuesta. Si a cada tipo de descripción (que incide en lo propio, no en lo esencial, que, en fin, no describe).
¿Puede la adivinanza ostender, esto es, tender las manos bien en la ciudad belga, bien en el centro de Londres? (1) ¿Puede señalar en el vacío, como a un fantasma? En tal caso, habremos de repetir todo. Un problema con una, varias, infinitas soluciones. ¿Y la adivinanza de nada? La insolucionable que ni puede acoger el término contradictorio (decaedro regular). Ya ven ustedes cómo la sinrazón rodea por todos los lados a la lógica, a la filosofía analítica, a la sinrazón. No hay islas.
(1) Un peu plus à l'ouest.

Autocontenido

El texto autocontenido, oxímoron. Por lo que hace a su lector, disminuir, minimizar, la probabilidad de que no entienda, de que tenga que acudir a otro texto para entender el primero, entiéndase esto último como se quiera. La concepción lógico-sintáctica de las teorías: el axioma cero, ¿en qué lengua se escribe?¿Cuál es el diccionario de esa lengua?
Refutación de la axiomática por el camino del descenso infinito. Un platonismo de cuello azul.

lunes, abril 03, 2006

Para una teoría de los terminogramas

La gramática de los términos. Cuál es el más largo. Es una gramática con límite de cantidad fijado. Reglas que den lugar a límites: un autómata finito que permita un número máximo de paréntesis, pero quizá los términos no tengan paréntesis. Una gramática en que cada regla se aplique todo lo más una vez, una gramática que se queme. Investigar qué clase de gramática. Una regla que se autodestruya a los cinco segundos. Misión: Imposible. Oraciones como términos, de Fraguas joven: “¡Cáspita!¡Se ha roto el módulo!”

domingo, abril 02, 2006

Breve terminología de la globalización

¿Deben los términos que nombran conceptos más allá del límite de la globalización llevar alguna marca, sea morfológica o hecha con rotulador? Por ejemplo, aunque podrían mencionarse otros, más famosos y anteriores, en el interesante libro de Fernando Sapiña ¿Un futuro sostenible?, nos encontramos un caso de sobrepasamiento gnoseológico por globalización:
Desde finales del siglo XIX, la ecología había comenzado a desarrollarse como ciencia. La unidad básica de estudio en ecología es el ecosistema, una unidad funcional formada por los organismos que viven en una determinada área, el entorno que los rodea y todas las relaciones que se establecen entre estos componentes vivos y su entorno. Coincidiendo con el desarrollo del programa Apolo, la ecología adquirió unas sólidas bases conceptuales y pudo comenzar a abordar el estudio de la tierra como ecosistema. Empezamos así a elaborar una visión global de nuestro planeta y de las relaciones que existen entre sus componentes.
La dialéctica que, de estirarlas, sacude y descuerda las ideas, ve ahora cómo importantes resultados se obtienen con la globalización en su sentido más inmediato, más directo. La cuestión es que el concepto o la idea no se marcan y no se deslizan, sino que rebosan o explotan. En su estallido, que destroza las categorías, nos hacen pensar que la ciencia, como la vida, sigue igual. ¿Deberíamos añadir un sufijo?

sábado, abril 01, 2006

Facilitador

Ni juez, ni mediador, ni arbitro. El facilitador. En otras palabras: Ni Kojak, ni Colombo, ni McCloud, que venga Banacek. Y el facilitador llega con su prestigio disfrazador, con su no soltar prenda. Llega de una estirpe alienígena de parteros y comadronas, desapasionado mayeuta, catalizador humano que nos revelará con su magia inconsistente, la solución que todos, juntos o por separado, llevamos dentro.
El facilitador es figura que, en ocasiones, carga con gusto con su denominación que, en fin, situaríamos entre la constelación de José María Iñigo y la nebulosa de Los Chiripitifláuticos, entre la gestión de recursos humanos (esto es, hechicerías y cultos que del África Negra pasaron a las escuelas de negocios) y los cuentos navideños de un antiguo régimen de irresponsable iconografía.
Planeando sobre el enfrentamiento o mareando al indeciso, el parto que sanciona parece simultáneo a la lucha de los cuerpos y las palabras. O piensa que el coito opera sobre una simiente antigua y enquistada. En casos de empate, convendrá acudir al facilitador in vitro, o tal vez sea adecuado utilizarlo para disolver proyectos aberrantes ab orto.
Con su descarga: si no lo logro, es que habéis fracasado. Un creador que responsabiliza al universo y lo acusa de ser nada. El grado más audaz del nihilismo, un cínico que llama al conflicto génesis, a la imposición diálogo y al cementerio Última Thule. Sustituye realidades por pompas, con su circunstancia tantas veces jabonosa