O apuntemos los casos que vayamos encontrando: mañana desde parece buen día de hazlo para apuntar los excesivos.
viernes, junio 30, 2006
Quimera
O apuntemos los casos que vayamos encontrando: mañana desde parece buen día de hazlo para apuntar los excesivos.
jueves, junio 29, 2006
Demasiado supieron Deniz en Piera
No pudiendo
Ir del zar con Miguel y cegar
Y llegar
Al lago de Baikal
A Madagascar
Car
Llevó la goma chicle.
miércoles, junio 28, 2006
Erdera
Una obra de estancias laberínticas donde uno no sabe si está de visita, si anda apresurado o si se ha detenido, tal vez en la antesala, o tal vez tras un falso muro.
O que incluso sean éstos los que cambian en una arquitectura de metamorfosis inagotable. Un poeta que no se parece a ningún otro, y sobre todo tan distinto de sí mismo. O que no haya entrado y se haya quedado, digamos, en la cabaña de los guardeses.
(Que la analogía la construya, en fin, me haya visto tentado a construirla sobre el teatro de la arquitectura debe de tener alguna razón. Me pasó una vez con Faulkner, pero aquella vez debí de estar incurriendo si no en el plagio, al menos en esa su variedad de dolo de distinta especie que es el lugar común. No sé por qué será, si con Erdera, o en erdera, debería pensar en Inferno: Bidean erdian…, pero si pienso en infiernos pienso en ascensores, tal vez en Lubitsch, y las discretas escaleras frente al continuo movimiento del ascensor. O ahora pienso en “Tom y Jerry” y en las matinales del Atenea, que pudo conocer Ibernia en algunas vacaciones logroñesas. Mejor será no llamar pensar a esto.)
martes, junio 27, 2006
Hipálage
En otro lugar cualquiera, un “fragmento de segundo” no sería nada, pero en medio de las explosiones, o en medio de la explosión singular del atentado, recibimos una implosión del sentido, tiempo dePlanck notwithstanding para decirlo en erdera. Pero ese convoluto sintáctico parece acompañar a un convoluto semántico o intelectual generalizado en los artículos aludidos. Lástima. Será que hoy no tenemos el día, Razumov.
lunes, junio 26, 2006
Regulae
domingo, junio 25, 2006
Asignaturas
En consecuencia, se nos ofrecían reglas que venían a solucionar problemas o situaciones que se habían de tipificar previamente, generalmente por signos lingüísticos bastantes oblicuos o accidentales.
Pero la comprensión no sería nada mágico, ni metafísico, ni hermenéutico, ni empático, ni trascendente. Si damos un criterio de demarcación, que no una definición, comprender se distinguiría por la capacidad de justificar o valorar cualquiera de los posibles algoritmos. Lo que se necesita para eso.
sábado, junio 24, 2006
Nempe
Muchos años después, constato que yo no he logrado aprender latín, declaración subalterna de la que constata que nada o muy poco he logrado aprender. Por eso mismo, en esta tarde de lluvia apesadumbrada doy en recordar un fragmento de Cecil Prohl que debe de tener que ver con esto y que encuentro subrayado no sé de qué mano ni con que intención:
”Por eso es lícito reírse de los psicólogos y de quienes intentan dar reglas. Aprendemos por la repetición y la costumbre opaca, más efectiva que el principio o la ley comprimidos en un simple lema que da la sensación de haber sido extraído de un reloj de sol. Un día nos sorprende nuestra pericia, que ha llegado no sabemos de dónde ni por qué caminos."
Cecil Prohl, Beiträge zu einer wissenchaftlichen Kritik, Münster, 1974.
viernes, junio 23, 2006
Rareza
Las palabras raras, las más raras son las que no aparecen nunca. Cómo podremos estimar las palabras que no aparecen en un texto o en un corpus. Las palabras inglesas que Shakespeare no utilizó no son todas las palabras inglesas que no usó, sino sólo algunas, las que pudo haber usado, las que estuvo a punto de usar, las que rozan tal vez las sombras de algún manuscrito de atribución dudosa o una edición que nos regala una desviación como una variante con pepinillo.
Porque las palabras que el autor nunca usó, esas verdaderas palabras que nunca usó, nos lo definen y nos lo encuadran. O las que palabras que, digamos, Shakespeare fue el único dramaturgo isabelino que no escribió, dicho sea por encuadrar esta empresa.
El núcleo de las palabras que no se leen en sus páginas, o que se leen porque su ausencia las hace resplandecientes. Porque las evitó, porque nos dicen tanto de su no autor, porque borrarían tantos reglones eruditos y tantas concordancias recibirían su contramolde. Aunque, claro, el de Shakespeare es un mal ejemplo para esto. Y además esas no palabras siempre se podrían acabar por adjudicar a otro no autor que un iluminado desvelará con furia ciega y -el caso es único- duradera.
jueves, junio 22, 2006
Speedy Swine
miércoles, junio 21, 2006
Sustancia
martes, junio 20, 2006
El individualismo petardológico
O algo así, recogido de una radio que entrevista a un conocido profesor. Seguramente, el liberalismo no debería descender a filosofías tan atróficas, pero los liberales son unos más iguales que otros. Los que parecen sostener y dicen estas cosas forman un colectivo. Los colectivos no existen, por tanto si alguien pertenece a tal colectivo, pertenece a un colectivo inexistente, valga la redundancia. Los universales, que son otra cosa, tampoco existen por lo visto. Los colectivos de células no existen, y además célula es un universal. Estas derivas austriaco-peruanas del nominalismo si son algo son sólo el más irracional de los idealismos: Miseria filosófica en busca de conciencias más bien incorpóreas que son los garantes únicos y últimos de un individualismo petardológico, individualismo innecesario a todos los efectos –y además ilusorio– que se disuelve como un azucarillo en el agua. Como no digo qué azucarillo, el símil no existe. Y en cuanto al agua, qué agua digo. Se lo preguntaremos a Quine o a cualquier otro filosofo que propenda al nominalismo. Igual todos nos dan la misma respuesta, deshonesta como una proposición o deshonesta como una sentencia ocurrente.
El individualismo petardológico
O algo así, recogido de una radio que entrevista a un conocido profesor. Seguramente, el liberalismo no debería descender a filosofías tan atróficas, pero los liberales son unos más iguales que otros. Los que parecen sostener y dicen estas cosas forman un colectivo. Los colectivos no existen, por tanto si alguien pertenece a tal colectivo, pertenece a un colectivo inexistente, valga la redundancia. Los universales, que son otra cosa, tampoco existen por lo visto. Los colectivos de células no existen, y además célula es un universal. Estas derivas austriaco-peruanas del nominalismo si son algo son sólo el más irracional de los idealismos: Miseria filosófica en busca de conciencias más bien incorpóreas que son los garantes únicos y últimos de un individualismo petardológico, individualismo innecesario a todos los efectos –y además ilusorio– que se disuelve como un azucarillo en el agua. Como no digo qué azucarillo, el símil no existe. Y en cuanto al agua, qué agua digo. Se lo preguntaremos a Quine o a cualquier otro filosofo que propenda al nominalismo. Igual todos nos dan la misma respuesta, deshonesta como una proposición o deshonesta como una sentencia ocurrente.
lunes, junio 19, 2006
Nihil volitum quin praecognitum
O la voluntad es el resultado de desajustes de nuestro saber. Pero quién sabe.
domingo, junio 18, 2006
Aura seminalis
sábado, junio 17, 2006
De propaganda littera
Invitamos también a los más audaces a colaborar en la misma. Audaces musque calamusque iuvant.
Listas matriciales
El punto y coma nos separa o jerarquiza listas aunque no es necesario. A veces el asunto es no sólo sutil sino sublime. Por ejemplo en:
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
O es según aquel modo de lo sublime que es lo enorme, por ejemplo, en:
Tú, yo,
Dame un beso,
Dámelo por favor,
Nos encontramos con listas que no son tan lineales como pareciera. Así, Pepe Iglesias nos ofrece una de las temibles y terribles listas cíclicas que nos pueden amedrentar de cuando en cuando. En cuanto al suave Lope, observemos cómo los estados o los objetos se van modulando por los verbos interpuestos, aunque también es cierto que el verbo "estar" del primer verso es bastante poco comprometido a estos efectos. No obstante, hasta el "no hallar" del quinto verso, la serie de adjetivos se puede subdividir en series que a su vez forman parejas antitéticas. Antítesis que el Zorro de los Ingenios también incluye en su inmortal canción.
Visite el lector los Poemas de los dones y ejercítese. La música verbal del inglés, la música verbal del alemán, los bobos, los panolis, los gilipollas.
viernes, junio 16, 2006
Quiasmo
El quiasmo es una pila y no una cola, es LIFO y no FIFO. Una cola de quiasmos y los quiasmos de la cola. La llegada del último y el último de la llegada, pero cómo cambia en el último de los primeros y el primero de los últimos. Recuerde el lector los ejemplos de Uriagereka: A big small dinosaur, a big small dinosaur, pero el último mago y el primer científico, que era el mismo.
Probemos con los vinos de Icod e Icod de los Vinos, mera guía enológica. ¿Y la ascensión al Teide y el Teide de la Ascensión, ese jueves de mayo? No hay ya quiasmos como los de antes, como los de Mordecai, tan umstulpungisch, palabra que no venía existiendo. ¿Y las dos alas del quiasmo asimiladas a juicios categóricos y téticos, respectively?: Pongamos el ascensorista baja y la baja del ascensorista, que no excluye tal vez el zeugma, tal vez la silepsis.
No permanecerá inadvertido al lector que con el asunto del quiasmo, nos ponemos anagógicos. Siempre en lo más alto, que ya habrá tiempo de dársela.
jueves, junio 15, 2006
Etología celular
Así también el aparte vocal que a veces se añade: estoy contigo, no con éste del otro lado de las ondas. No hay todavía pedradas por teléfono.
miércoles, junio 14, 2006
Espacio de las retóricas
No sólo los comentaristas deportivos. De te fabula narratur.
martes, junio 13, 2006
Palabras de amor
También está quien las escucha y, desde luego, quien se las escucha decir: “regalo mi oreja sabia desde mi boca de oro.”
La fórmula que recordamos de Zorrilla (¿No es verdad [o no es cierto] … y aquí la proposición consiguiente, tal vez tras un vocativo de alta escatología) suena desde luego a interrogación retórica. Imaginemos a una doña Inés más bragada –la que se impondrá a huesas y demonios–, esto es, más enérgica, que negase alguno de los extremos del discurso de don Juan. Imaginémoslo de una doña Inés talmente enamorada, pero quizá sólo un poco más burguesa o más sensatamente enamorada. Inés niega, pero añade que los accidentes atmosférico-ribereños-florales de las redondillas del burlador son irrelevantes. O que su impacto en su fisiología no hace al caso,e imaginemos también que lo diga sin dejar de alabar la pequeña elegancia o la macarrada suprema de situarse a un lado del proceso en cuanto a la virtus erotica: "Y estas palabras que están /filtrando insensiblemente / tu corazón, ya pendiente / de los labios de don Juan, / y cuyas ideas van / inflamando en su interior / un fuego germinador / no encendido todavía"
O que señalase incluso que desdicen de lo que debiera ser un lenguaje al que ella siempre estaría atenta, pero que debe alcanzar ciertas calidades que no tienen que ver con el brillo de la Luna. O que quizá, más bien, sólo acompañan o son concomitantes o causantes de una prestancia masculina muy adecuada a la situación, es decir, que esas palabras actúan directamente sólo sobre su decidor. En cualquier caso, no son las palabras, concluimos.
O imaginemos a un infeliz, o no tanto, que utiliza los versos de Zorrilla para digamos enamorar a una incauta, o que no lo es tanto. Pero las palabras de amor, en fin, no lo son por su textura o sus harmonías, dirá alguno, sino por el suelo en el que caen y por quien las recoge. Por eso, las verdaderas palabras de amor deben ser falsas y deben ser frívolas. Eso exige el arte. Lo exige sobre todo del público, de los públicos como Dios manda.
lunes, junio 12, 2006
El alemán sin esfuerzo
Compárese en cualquier caso el esfuerzo de manejarse con discos de vinilo (1) al breve de moverse con los materiales del ordenador: seguramente el esfuerzo del picú o pick-up no contaba. Un picú no estaba al alcance de cualquiera.
Ahora bien, el esfuerzo es ineludible. Para algunos, los de cierto intervalo generacional y geográfico, el pick-up fue durante años de nuestra infancia el tocadiscos. Ya desterrada, oímos la palabra “picú”, y la oímos así escrita con la marca de una antigüedad que convertía a Edison en un niño de pecho, a Charles Cros ("Mais Chance, dis-moi donc de quel nom tu te nommes ?") en un mozalbete. Tiempo nos costó descubrir el sandwich o emparedado entre picú y pick-up, y esfuerzo.
En cuanto al alemán, ya se sabe que es imposible, palabra que posiblemente no existe en no sé qué lengua. Recordemos también otro hermoso título: El imposible vencido: Arte de la lengua bascongada, que tuvo a bien dar a la imprenta el Padre Larramendi. Sin despeinarse.
domingo, junio 11, 2006
Inscripcionalismo
sábado, junio 10, 2006
Sustantivo positivo
Es un borracho, es una folkórica (imagínese dicho de un varón), es un músico de estudio. Para nosotros, es algo personificado, seguro, pero no sabemos qué.
viernes, junio 09, 2006
La utopía bilingüe
El término “utopía” está verdaderamente dotado para estas contaminaciones adjetivas, pero no es el único. De hecho, sucede lo mismo con la tan comentada expresión “realidad nacional”, o incluso y de manera intensa con el ya tradicional “hecho diferencial”.
Para los de cierta edad, este lenguaje es pura jerga de plan de desarrollo, titular de prensa de los primeros setenta: que si López por lo Rodó, o si Rodó por lo López. Me refiero a las dos últimas expresiones; lo de la utopía bilingüe suena a sociolingüista y por ahí sí que no paso.
jueves, junio 08, 2006
L'architexte et la pamplemousse
miércoles, junio 07, 2006
General Dynamics
Comenzamos otra vez: “Para no interrumpir las clases, etc., etc.” Ahora bien, todos coincidiremos en que no es lo mismo interrumpir la dinámica de las clases que interrumpir las meras clases. El prestigio de las expresiones, un majestuoso significado gaseoso que las acompaña y les abre paso, o les abre paso y les acompaña, por ese orden, es uno de los componentes más extraordinarios no del lenguaje sino del pensamiento. ¿Qué sería el pensamiento sin esos gases rarefactados pero extraordinariamente influyentes? Pues algo así como los Principia Matemática o algunas otras lecturas veraniegas que ya habrá disfrutado el lector y cuya mención explícita me ahorro.
Por eso, la denuncia generalmente autosatisfecha de la redundancia marra el blanco con estrépito y por mucho. Lo que importa es precisamente la redundancia, es decir, si se busca o necesita una redundancia –o la redundancia, así en general–, la redundancia no podrá ser redundante. Al menos, hasta que los fragmentos de discurso se repliquen por millones con la polimerasa de la microimitación. Que las clases se interrumpan más o menos con la inclusión de la cadena “la dinámica de” es algo que dejamos al empírico, y que compruebe de paso la eficacia performativa de lo mayestático.
Aunque también están los que pueden empeñar un gesto y una dicción dignas en explicar que efectivamente la dinámica de las clases como objeto susceptible de interrupción se trata de algo muy diferente de una clase, que es cosa de maestros o profesores. Para las sutilezas, vienen los pedagogos.
martes, junio 06, 2006
Mapas arrugados
También se da el acabar más pronto que tarde concediendo todo lo que se negaba. Que el país cambie no significa que el mapa, por más que los mapas sean de natural tirando a reluctante, deje de valer automáticamente o que no valga o haya valido nunca. Por eso, en materia de lenguaje el escepticismo es mala cosa. Quien nos pretende convencer de su escepticismo o sólo mostrárnoslo pretende también que sabe y que sabemos de qué está hablando.
Y si dice “hablamos, pero ¡ay! de la idea de lenguaje”, habla como si la crítica de las ideas fuera sólo una liberación de falsos ídolos. Que serán falsos, pero que disfrutan de un monopolio inevitable.
lunes, junio 05, 2006
Anotaciones al mapa de las palabras
Pero es también, como todas, metáfora engañosa. Lo que se suele olvidar es que no necesitamos que el lenguaje sea un mapa de toda realidad: no hace falta que sea un atlas; funcionamos a base de mapitas que no se integran en un atlas coherente. Por otro lado tampoco hay una realidad total de la que pueda haber un atlas.
Ahora bien, que podamos hablar de todo acaba resultando sorprendente. Algo que sólo encaja si consideramos que para decir cualquier cosa hace falta saber hablar y saber alguna otra cosa, que la semántica es cuestión también de saber de qué se está hablando.
domingo, junio 04, 2006
Migraña
sábado, junio 03, 2006
Gótico tautegórico
viernes, junio 02, 2006
As you like it
No queda claro, si tal cosa se escribió en un convenio de separación, en una sentencia de hace tiempo que pretendía interpretarlo, o en un auto más reciente. En cualquier caso, la respuesta canónica en español ha de ser:"¿En qué quedamos?"
El "previo acuerdo" parece referirse a cada objeto del querer (las visitas a un perro, en este caso), no al establecimiento de un régimen. Se entendería que cuando se quiere o cada vez que se quiere, se llama para ver si se puede. Si entendemos que el acuerdo es previo y general, la expresión es contradictoria. Si el acuerdo ha de serlo para cada ocasión, puede ser lo mismo que decir "nunca" o negar el derecho de una parte y la obligación de la otra. Queda quedar, el "en qué quedamos", porque o se ha negado o no se ha acordado nada. Y es que tal es la máquina del lenguaje formulaico, máquina traicionera.
Por otro lado, parece que los juristas no pueden o no deben, como pueden y hasta deben los filósofos (recuérdese el Parménides), dedicarse a las cosas nimias o de poco valor. Pero si esto es un argumento jurídico, seguramente todos los razonamientos jurídicos deberán llevar una marca que señale su separación de otras razones, su propensión a poner la lógica después de las decisiones, los intereses; las formas que disfrazan los contornos intocados de la materia del conflicto.