jueves, junio 08, 2006

L'architexte et la pamplemousse

Se recurre a veces expresivamente a fraseologías que connotan alguna calidad, más bien despreciable se supone, de tono preciosista, hiperornado y se teme que con seguridad engañoso, inútil, aquejado de todos los males de la afectación.
Sin embargo, esas expresiones se han de destacar en su contexto de lenguaje funcional, utilitario, sobrio, no carente de la fría belleza de la grifería moderna. Pero son también el grifo del agua caliente del discurso que las incluye. Se citan, pero no caracterizan, ni siquiera en la parodia, a ese discurso.
Esas expresiones se hallan señaladas y portan un estigma de morfología o ubicación sutil al que no condenaríamos ni al más cóncavo de los solecismos.
Todo esto cuando nos ponemos adolflooshablantes. E incluso entonces se nos escapan los eufuismos como tenues suspiros de jugador de fútbol de tercera división (que pudo decir Umbral).

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