Nótese cómo expresiones como las del título entrañan una curiosa dialéctica entre sustantivo y adjetivo: ¿de las utopías hay una que es bilingüe y a la que ahora nos referimos? ¿O es más bien que el bilingüismo de un individuo o de una sociedad es algo utópico?
El término “utopía” está verdaderamente dotado para estas contaminaciones adjetivas, pero no es el único. De hecho, sucede lo mismo con la tan comentada expresión “realidad nacional”, o incluso y de manera intensa con el ya tradicional “hecho diferencial”.
Para los de cierta edad, este lenguaje es pura jerga de plan de desarrollo, titular de prensa de los primeros setenta: que si López por lo Rodó, o si Rodó por lo López. Me refiero a las dos últimas expresiones; lo de la utopía bilingüe suena a sociolingüista y por ahí sí que no paso.
El término “utopía” está verdaderamente dotado para estas contaminaciones adjetivas, pero no es el único. De hecho, sucede lo mismo con la tan comentada expresión “realidad nacional”, o incluso y de manera intensa con el ya tradicional “hecho diferencial”.
Para los de cierta edad, este lenguaje es pura jerga de plan de desarrollo, titular de prensa de los primeros setenta: que si López por lo Rodó, o si Rodó por lo López. Me refiero a las dos últimas expresiones; lo de la utopía bilingüe suena a sociolingüista y por ahí sí que no paso.
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